Ésta página, nació para dar respuesta a una serie de buenos amigos que aseguran que se lo pasan bien con las cosas que escribo. Del “cuadrito” no hablo, aunque no desentonaría, entre lo que sale hoy; con toda modestia ¡garantizado!. Los nuevos, no me han enseñado nada.

Dije en su momento que no sabía si su interés estaba basado en el deseo, o en la caridad. A todos gusta que nos alaben, y a las seguidores de los productores de aucas, continuadores de los trovadores medievales y remontándonos antes a los mala milk de los bufones, muchísimo más. Si quiere que un comunicador le guarde eterna simpatía, cuando se lo cruce, dígale: “muy bueno lo tuyo”, se pondrá mas “lindo” que un pavo real en plena exhibición. Usted posiblemente no sepa el porqué; él, a lo peor tampoco, pero en su fuero interno ha sentido un “gustirrinin” muy especial. Ese día se sentirá el dueño del corral (la redacción).
La segunda causa, es la caridad. Quizás pensaron:”vamos a darle un poco de jabón a éste que ya está mayor”. Tratándose de compañeros de estudios, de oficio y artistas, es más que probable. Tan lejos como que ésta misma mañana, me lo recordaba, con rin, tin,tin, Teresa, de mi Editorial.

Mi sorpresa ha sido descubrir que son más de los que pensaba. “El contador, no engaña”. Y que antiguos amigos de otros países, se han acordado del compañero Toni, e inclusive, muchos nuevos profesionales han sentido curiosidad, por ver como lo hacían (dicho con toda humildad), las vacas sagradas del periodismo del siglo pasado.
La verdad es que con mis articulitos de vez en cuando iba matando la afición. Ahora me debo preocupar con que el Blog, tenga vida. Así que entre la página y escribir libros, ¡estoy ocupadísimo!.
Para que la página sea mas viva y resulte mucho más apetecible para el lector, les incluiré trabajos de otros compañeros que hablan y trabajan en nuestro idioma desde diferentes partes del mundo. Me gustaría que el blog fuera un pequeño referente para dejar claro que somos más de 400 millones de castellano parlantes.

A unos, a otros y a los de más allá, muchas gracias. Confío en no defraudaros.

lunes, 14 de febrero de 2011

MONJAS EN VAQUEROS

En la Catedral de Burgos , se celebro la presentación oficial de una nueva Congregación de Religiosas, a las que se les conocerá como Iesu Communio.
No lo olviden es un nombre que pretende convertirse en Santo y seguro que las monjitas que en número de 177, pertenecen a la Congregación harán lo posible por conseguirlo.
Lo más importante es que tienen lista de espera. En la Nave del convento no caven todas las aspirantes, pero es más la acogida de la Nueva Congregación, ha causado mucha atención y despertado vocaciones, de tal manera que , se han visto en la necesidad antes de su aprobación definitiva por el Vaticano y su presentación oficialal resto de hermanos en la fe, de recurrir a la ampliación de sus propias instalaciones.
Las recién nacidas, al mundo, provienen de una escisión, por citarlo de alguna manera de las Clarisas.
Su casa matriz es el convento de Lerma, pero al quedarse pequeño, tuvieron que llegar a un acuerdo con los franciscanos, para reconstruir en convento que esa orden tenía en La Aguilera y que ahora les pertenece.
El gran trabajo de formación y constitución de la Congregación se debe a dos monjas a las madres Blanca, predecesora de la actual responsable, la madre Verónica María; ambas tienen mucho mérito y a su “efecto llamada” han acudido mujeres jóvenes dispuestas a dejarlo todo por amor a Jesús y a su prójimo.
Como la orden de las Clarisas son de clausura, pero moderna, no existe el torno, ni la puerta se cierra con candados separando a las monjas del resto de la feligresía.
Lo que mas llama la atención es su vestuario confeccionado con tela de ropa vaquera; con un pañuelito que les recoge el cabello, atado a la nuca y su dos “armas” más características una cruz de pan partido en forma de cruz y un anillo blanco con la inscripción de la Congregación.
La edad media es de 30 años, es decir mujeres en todo su esplendor femenino.
Reconozcámosles el mérito que lo tienen y mucho y deseémosles toda suerte éxitos en su labor de apostolado.
Solo quiero hacer de pasada una consideración, dirigida a los varones que “mandan” en la Iglesia de Roma.
Es maravilloso que en pleno siglo XXI, aparezcan dos centenares de mujeres dispuestas renunciar a todo, lo mundano y dedicarse a una vida contemplativa de oración pidiendo por los demás.
Y pregunto a sus superiores: ¿Esas mismas mujeres que han demostrado su valor y sacrificio, en por del bien espiritual de sus hermanos en la fe, no resultarían mas útiles de otra manera que viviendo en la soledad y entre las paredes del Convento?.
Cuando la Iglesia se tropieza con una época de xenofobia religiosa, de descrédito hacia los ordenados, a los que se corta por el mismo patrón y se les califica de disolutos y pederastas; cuando muchos teólogos ven necesario urgente un cambio profundo en los hábitos y costumbres eclesiásticos. No serían más útiles esas mismas monjitas utilizadas de distinta manera?.
Uno de los perores males con los que se tropieza el Papa Benedicto XVI, es la pederastia, que es un pecado abominable, en todos los sentidos. ¿Se les ha ocurrido a los príncipes de la Santa Iglesia, volver a los orígenes y permitir el matrimonio de los ordenados, sean hombres o mujeres?.
NO resultarían mas eficaces esas monjitas de la Madre Verónica María, en lugar de encerradas en sus claustros, repartidas por las parroquias, y haciendo el trabajo que los sacerdotes no pueden hacer, sencillamente porque son insuficientes. Pero no solo eso, esas santas mujeres trabajando por el Evangelio y a la vez dando ejemplo de cómo debe ser una familia cristiana.
Si pretendemos terminar con la marginación, a la que nos están sometiendo otras creencias religiosas especialmente los musulmanes. NO queda más remedio que plantarles cara con valentía. No hay que conformarse con los hermanos mártires que ya están cayendo y dando ejemplo. Creo que es mas útil un vivo predicando que un muerto por la fe. El martirio en el siglo que corre es una aberración. Si quieren dar el salto atrás, que lo den los ismaelitas, volviendo al siglo XIV, como desgraciadamente va ha suceder después de las sublevaciones en los países árabes más representativos.
Los cristianos, y sobre todo los católicos, no debemos de caer en el error de gritar en las parroquias. “¡Hay Dios mío…!, y dejar hacer, metiendo la cabeza debajo del ala, como los avestruces.
Nuestra obligación es luchar por nuestra supervivencia religiosa y demostrando que los derechos humanos, son nuestros diez mandamientos y que si los mencionamos es porque pensamos cumplirlos.
Hay que combatir los vaivenes sociales, la vida sin frenos; por una familia unida y basada en el amor de la pareja. Sobre todo dando ejemplo.
Tenemos que pensar en que hombres y mujeres somos iguales para el Padre, tal como nos lo enseño el Hijo y estamos bendecidos por el Espíritu Santo.
Esa es la fuerza de nuestra fe.
Doscientas monjitas trabajando en las parroquias y con la responsabilidad de las cargas familiares, pueden hacer más que un millón de misioneros.
El contacto con la gente, la proximidad; aquello de hacer como hacen, predicar con el ejemplo, tiene mas valor practico que dos millones de homilías por el mejor y mas docto de los profesionales del pulpito.
Purpurados de la Iglesia, ahí les dejo, el pensamiento de un alma pecadora, que piensa y repudia los múltiples pecados que el clero secular ha cometido y la autoridad eclesial ha tapado.
Menos hombres y mujeres en la vida contemplativa y más luchadores, día, noche y madrugada, en la calle.
Los hombres están en las calles, en las casas, en las fábricas, etc. Y Dios, en todas partes, no escuetamente en los altares de los Monasterios.
Mis sentimientos cristianos están con aquellos que opinan que el celibato es “agua pasada” y hoy está obsoleto, al igual que la reserva de la ordenación sagrada solo para los hombres, pertenece a un pasado muy lejano. Hoy conviene devolver a la mujer el protagonismo que tuvieron en los albores de la iglesia u por lo tanto igualarlas también al hombre, en todo, deben llegar a no solo al sacerdocio, sino a cualquiera de las otras dignidades: obispos, arzobispos e incluso al cardenalato.
Se que éste parecer escandalizara a algunos ultra conservadores, pero los tiempos mandan, y de igual modo que la ciencia salió de los monasterios a la calle, y se dio oportunidad al laico para alcanzar la cultura, también la mujer tiene que tener su igualdad y su oportunidad de demostrar su valía dentro de la estructura eclesial, sin renunciar como las primeras cristianas ha su derecho a ser madres, a la vez si así lo deciden.
El “machismo” imperante en el siglo primero, ya está de sobras superado. Insisto es momento de regresar a los tiempos en los que ellas, las Santas Mujeres, mantuvieron viva la fe en el Resucitado.
Espero que después de esto, el domingo me permitan entrar en la iglesia.

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