La palabra no la busquen que no está en ningún diccionario, “aflatá” es una palabreja andaluza que sirve para explicar, sin recurrir a una más larga, el estado de ánimo de una persona.
No quiere decir que tenga “flato” y por lo tanto no hay peligro ni a olores desagradables, ni a sonidos no deseados, tampoco es necesario salir corriendo al botiquín domestico en busca de un remedio rápido.
El “aflatamiento” es mucho mas complejo y la descripción del mismo extenso, diríamos que “es la persona que se encuentra incomoda, de estado general, desganada, con un humor de “perros” y una mala “leche” que se sale de lo corriente, con apreciación de cansancio y ganas de “estrangular” al primero que se le acerque y lo que desea es que la dejen tranquila y no le pregunten ni la hora. En el ínterin piensa las mil y una maneras de “fastidiar” al personal”. Ahora ¿lo tienen claro?, toda la definición anterior se resume con una única palabra: “AFLATÁ”•.
La Señora que manda en Europa, está bajo los efectos del aflatamiento, su carácter de por sí, seco y poco dado a las bromas ha sufrido últimamente un empeoramiento repentino; será por las malas noticias de Grecia, donde hay que seguir poniendo dinero; pudiera ser causado al conocer que en Irlanda las cosas no mejoran y conviene seguir ayudando a la banca; podría ser al tener noticia de los millones que constara sacar del lodo a Portugal.
Sea la que quiera, lo cierto es que la Merkel, se ha pasado tres pueblos con respecto a España, de repente y sin que medie ningún tipo de explicación y según la Salgado, tampoco, motivo, ha arremetido contra España, tratando a los españoles de vagos, dentro de su país, diciendo que en Europa, en la que ella manda mas que Maximiliano, el Emperador si viviese, no se puede tolerar que haya un desequilibrio en el trabajo y en el tedio; que disponemos de más festivos que nadie, más vacaciones que el resto de los habitantes de los países comunitarios y nos jubilamos muy pronto.
Por tanto exige que se equipare a los restantes países de la CE, nuestro sistema de jubilaciones y los calendarios laborales.
Doña Ángela, posiblemente porque está “aflatá”, se ha colado mas de lo que convendría a una persona de su alcurnia, sabiduría, inteligencia y poder. Porque ha metido su teutónico pinrrel, hasta el “corvejón”.
Los paisanos alemanes, trabajan menos horas que los españoles.
Se jubilan antes que nosotros, hay que recordarle que gracias a su alumno Zapatero, en éste país se jubilará la gente que pueda y llegue a los 67 años.
Tenemos los mismos días de ocio que los gobernados por la Señora.
Y lo que no ha dicho, pero si le decimos es que por menos horas de curro, ellos ganan mucho más que nosotros.
Con lo que efectivamente existe un agravio comparativo pero a la contra.
El tratamiento para el “aflatamiento” que existe, Doña Ángela, no lo va a poder cumplir porque es muy español.
La “aflatá” se cura con un rebujito y unas gambitas de la costa de Huelva; otro, es a base de jamón de Jabugo, con regañá y unas copitas de Manzanilla de San Lucar.
Si los síntomas son más graves, ya hay que recurrir a una “coquinas” con salsita de ajo y perejil, que le encanta a la Reina Doña Sofía, unos langostinos sanluqueños, y un secreto en su punto ha ser posible al carbón, como lo hacen en la Gabina de Cartaya. Con ese menú bien regado con vino del Condado, se resucita a los muertos.
Estoy seguro y hasta pagaría la comida si después de lo dicho la Merkel, no suelta una sonrisa.
La mejor recompensa y que predispone a lo mejor, es un estomago agradecido. Estos de la “casta” son tan suyos que no están con los detalles que obran milagros y así les luce el pelo.
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