No hace ni media hora me ha llamado una prima, para decirme que hay una amiga que pretende vender una vivienda en una ciudad costera. La noticia no constituye ninguna novedad, porque en éste país desde que está Zapatero al timón, se vende todo y si quedase algo, ya se ocuparía él de liquidarlo.
Hay arios barómetros para saber como va la economía del un país. Las tradicionales de los balances y previsiones de los bancos. ……Bueno, bien, pero…….La de los economistas, los pitonisos de los que paso ayer y como justificarlo…….Ya la sabemos, tampoco es algo que sorprenda.
Lo que es útil de verdad es tener controlados los cartelitos de: “SE VENDE” que hay en pueblos, ciudades y lugares de vacaciones. Estos últimos son fundamentales para conocer los principios de las crisis y el final de las mismas. Como los mismos carteles en la ciudad son el termómetro de las necesidades de la población. En las capitales muchos carteles de venta de viviendas, la gente está “tiesa” y necesita vender para subsistir. En la playa, muchos carteles de venta de apartamentos, síntoma inequívoco de “espantada”.
Lo que fue el mejor país de Europa, para eso del descanso y las inversiones, es ahora el hipermercado del “ladrillo”.
El ladrillo que no hace mucho era el “seguro” de los ahorros de las familias y los inversores, es hoy la ruina para unos y el peor de los negocios para otros.
Mi amiga, la vendedora del inmueble con el que inicio el comentario, dispone de una pequeño “parque “ de propiedades de las que vive bien.
El problema que se presenta ahora a los propietarios de viviendas, es cobrar y luego tener la suerte que el inquilino sea “persona” y no un salvaje que cuando se marche o consigas echarlo, se lleve hasta las tuberías y los cables de la luz, ya ha pasado.
Por eso, nuestra amiga ha decidido concentrar la propiedad en un único lugar, para que le resulte más fácil su control.
Un dato para meditar, antes de invertir es que la compraventa de viviendas en el mes de Marzo, cayó 11,9% respecto almismo mes del año anterior, dando un total de 33.100 operaciones, notándose sobre todo el descenso en las viviendas libres que bajaron un 16,1%.
Hay que clarificar éstos datos ya que en ellos el INI incluía operaciones firmadas todavía a finales del año anterior, cunado aún estaban en vigor las desgravaciones, aunque se plasmaran en el registro, en los meses de Enero y Febrero.
Para los del INI, uno de os factores que juega en contra de la recuperación inmobiliaria es le exceso de viviendas existentes en el mercado, cuyo stock se arrastra de la época del boom inmobiliario y que dejó en el mercado 700.000 viviendas según el Ministerio y 1,5 millones si hacemos caso a las estimaciones de los expertos inmobiliarios privados.
La oferta y la demanda, “no se encuentran”.
Los analistas de Bankinter dicen que estamos en un momento, en el que ni los propietarios están dispuestos a vender por bajo de un precio “aceptable”, ni los compradores se plantean comprar a la espera de una “oportunidad” mejor dentro del previsible “ciclo” de caídas de precios.
Es posible que exista la necesidad de adquirir alguna nueva vivienda, pero el posible comprador es de los que esperara hasta que le surja “el chollo”, y lo mismo aguardan los inversores. Estos últimos saben que el ladrillo es buen negocio, siempre que no exista la urgencia de vender. A largo plazo, posiblemente se trate de la mejor de las inversiones. Eso no es óbice para que no se quiera aprovechar de la tesitura.
Mucha oferta, “a picotear” esperando la “gran oportunidad” y si es posible “reventada” de precio, sobre todo si no existe motivación añadida como era la desgravación.
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