LOS INTOCABLES NO EXISTEN

La desaparición de Bin Laden, trae aparejadas a su muerte una serie de consideraciones.
La primera y más importante, repetida hasta la saciedad por los responsables de los gobiernos de los diferentes países: “Atención a las posibles represalias”.
Nadie se libra de los “locos” y de los fundamentalistas, con respecto a éstos conviene estar al corriente de las manifestaciones que han dado en distintos lugares de Europa, para saber que sus enemigos somos todos, sin excepción.
¿Cuál es la base fundamental de su posible éxito?. Sencillamente la gran masa de emigrantes árabes residentes en los diferentes países posibles objetivos de los atentados.
A diferencia de las otras bandas, en los que más menos si se conoce quienes las componen, Al Qaeda, es hoy, el tronco de un árbol con muchísimas ramas, cualquiera de ellas preparada para atentar y con personas dispuestas a todos hasta el suicidio, a cambio del supuesto paraíso del profeta. Cuando el realidad el Dios único, en todos los tratados religiosos no justifica la muerte ni el asesinato, el no mataras, esta en los preceptos de las religiones monoteístas.
El odio a los demás que no son creyentes, sale de los que predican el Corán, pero no del libro sagrado.
Existen varios libros escritos por éstos supuestos mesiánicos, uno de ellos se debe al que ahora será cabeza de la Organización terrorista, Al Zawahiri, y querno descubre nada nuevo, al contrario confirma que el mayor campo de actuación para los suicidas y restantes comandos para cometer atentados es Estado Unidos y Europa, pero sobre el viejo continente hay un punto más en el escalafón. De los estados europeos salieron los que combatieron al Islam , en tiempos pasados.
Lo que no dicen es que por encima de lasa religiones estaban los intereses de los estados; más que la Cruz o la Media Luna, lo que interesaba era la política de conquista imperante en aquel tiempo.
Por ello uno de los puntos señalados con rojo en el libro de sus metas es la recuperación de todos los territorios que algún día fueron de dominio árabe.
España es por tanto capitulo subrayado, nosotros somos Al Andalus y tal como se expresan hoy, en el supermercado, los que dicen haber venido a trabajar, ésta tierra les pertenece y nosotros somos los invasores.
Lo positivo de la muerte de Bin Laden, es que se ha dejado claro que nadie es “intocable”. Y que cualquiera por mucho que se esconda al final puede ser localizado y caer, en manos de la “justicia” (Aquí hay que abrir un paréntesis, para dejar tranquila la “moralina” de más de un “bobo” que todavía intenta denunciar la muerte de uno de los asesinos más sanguinarios de la historia en aras de no se sabe que principios legales. Los asesino, del calibre que sean deben recibir el castigo de las leyes, y asesinar quitar la vida a un inocente está penado en todos los códigos. Da igual que sena castigados por mediación de principios civiles o militares).
Esto a medio plazo calará en las cabezas de los que dirigen esas bandas y saben que están expuestos a que cualquier día, les llegue un misil o una patrulla de elite para terminar con ellos. No tienen “patente de corso”, tienen fecha de caducidad como los botes de guisantes o el resto de las conservas.
El lanzar al mar el cuerpo de Bin Laden, está contemplado en los principios del Islam. Los marinos que han muerte en la mar, reposan en el fondo de los mares.
Es correcto pues mandar al fondo el cuerpo de Bin Laden, mejor que incinerarlo y por descontado enterrarlo, porque cu tumba se podría convertir en lugar de peregrinación para más de un descerebrado fundamentalista.
El hecho en sí, está justificado y bien pensado, otra cosa diferente es como lo habrían aceptado si lo hubiera realizado Busch, los que se la “cogen” con un confeti. Los “puritanos” de pacotilla, que son tan peligrosos como los antisistema.
Seguro que más de uno se rasgaría las vestiduras, como hicieron los fariseos.
Todo ello deja en un lugar destacado la valentía de la Tacher, en su día y Obama hoy, la una, diciendo el fusil lo he disparado yo; el otro dando la orden de matar a Bin Laden.