Ésta página, nació para dar respuesta a una serie de buenos amigos que aseguran que se lo pasan bien con las cosas que escribo. Del “cuadrito” no hablo, aunque no desentonaría, entre lo que sale hoy; con toda modestia ¡garantizado!. Los nuevos, no me han enseñado nada.

Dije en su momento que no sabía si su interés estaba basado en el deseo, o en la caridad. A todos gusta que nos alaben, y a las seguidores de los productores de aucas, continuadores de los trovadores medievales y remontándonos antes a los mala milk de los bufones, muchísimo más. Si quiere que un comunicador le guarde eterna simpatía, cuando se lo cruce, dígale: “muy bueno lo tuyo”, se pondrá mas “lindo” que un pavo real en plena exhibición. Usted posiblemente no sepa el porqué; él, a lo peor tampoco, pero en su fuero interno ha sentido un “gustirrinin” muy especial. Ese día se sentirá el dueño del corral (la redacción).
La segunda causa, es la caridad. Quizás pensaron:”vamos a darle un poco de jabón a éste que ya está mayor”. Tratándose de compañeros de estudios, de oficio y artistas, es más que probable. Tan lejos como que ésta misma mañana, me lo recordaba, con rin, tin,tin, Teresa, de mi Editorial.

Mi sorpresa ha sido descubrir que son más de los que pensaba. “El contador, no engaña”. Y que antiguos amigos de otros países, se han acordado del compañero Toni, e inclusive, muchos nuevos profesionales han sentido curiosidad, por ver como lo hacían (dicho con toda humildad), las vacas sagradas del periodismo del siglo pasado.
La verdad es que con mis articulitos de vez en cuando iba matando la afición. Ahora me debo preocupar con que el Blog, tenga vida. Así que entre la página y escribir libros, ¡estoy ocupadísimo!.
Para que la página sea mas viva y resulte mucho más apetecible para el lector, les incluiré trabajos de otros compañeros que hablan y trabajan en nuestro idioma desde diferentes partes del mundo. Me gustaría que el blog fuera un pequeño referente para dejar claro que somos más de 400 millones de castellano parlantes.

A unos, a otros y a los de más allá, muchas gracias. Confío en no defraudaros.

martes, 31 de mayo de 2011

FERNANDO VIZCAÍNO CASAS, UNO DE LOS GRANDES ESCRITORES DEL SIGLO XX.

Regresaba a casa y llevaba la radio del coche puesta. Circunstancialmente he escuchado a De Villena, dar una lección magistral sobre quienes son, han sido y fueron, grandes escritores del Siglo XX y los que siguen vigentes, o acaparan la atención de los lectores en español.
Por supuesto que uno de los más “in” es él, y si no se colocara en la lista, sería porqué es más tonto de lo que cabría esperar.
No lo tengo tratado, así que solamente puedo hablar, por sus manifestaciones y escritos; “por sus hechos, los conoceréis”. Es una fórmula mundana de, si no conocer, por lo menos identificar a la gente.
A los que escribimos, la gente nos “casa” con lo que decimos juntando palabras. Evidente que a través de los escritos se puede saber “del pié que cojeamos”. Pero profundamente, algo así como pensar que se es de la “familia”, creo que no.
Las persona de la que hablo, tiene su lista de preferidos, como todo el mundo, pero lo que no se debería hacer , es menospreciar a un compañero del “arte” de contar cosas, por que nos caiga mejor o pero, los hechos están ahí y son pruebas irrefutables.
En vida Fernando, cierta tarde en El Corte Ingles de Valencia, hablábamos de su éxito y que sin ningún rubor se podía asegurar que era uno de los autores que mas dinero les había hecho ganar a los Lara, que eran sus editores.
Vizcaíno, un sensacional letrado, escribía por placer, y normalmente sus novelas salían de su Olivetti, durante las noches de verano, en su casita de la sierra de Madrid. Como causa de fuerza mayor el año regular laboral, necesitaba de todo su tiempo para atender debidamente a sus clientes del Buffett de abogados que compartía con su hijo el mayor. Lo literario, en su caso, no era para “comer”, me atrevería a asegurar que para “disfrutar” y en sus libros dejaba patente su socarronería de valenciano en “ejercicio” y su sentido del humor. Cualquiera de sus novelas, rezuma ironía, desde: “Contando los cuarenta, pasando por Historias puñeteras, resbalando por Las mujeres del rey Católico hasta llegar a …..Y los 40 ladrones ó Viva Franco, con perdón”.
Precisamente el colega, metido en desarrollista crítico de los “mejores”, decía que Fernando, era el escrito de los nostálgicos del Régimen del Jaco. Da la casualidad que yo soy “uno de ellos”, sin saberlo, porque me he leído prácticamente todas las obras de mi paisano y amigo y me lo he pasado de “10” además riéndome, que es muy de agradecer.
En el trascurso de un almuerzo, al que me invitó en Madrid y hablando de sus colaboraciones en la radio, comentábamos que era el autor, del momento que mas libros vendía de los que se escribían y editaban por españoles, en España y ustedes perdonen la reiteración de algo que a principios del XXI, está mal visto por la mayoría de autoridades, a las que algún snob celtibérico, les mueve el incensario.
El cristiano, porque lo era, que es capaz de colocar ediciones en el mercado y que se agoten, como un domingo por l a mañana lo churros, ni es producto de la casualidad, ni de la nostalgia de nadie y el que lo juzga así, es porque tienen una envidia que se muere, uno de ellos –por el lado sano- un servidor de ustedes, ¡Ya quisiera yo tener el éxito de Vizcaíno!.
En el blog, hay una foto ( y no está colocada ex profeso) en la que aparecemos: Joaquín Prats, un humilde juntador de palabras que les castiga cada día, y a la derecha, el mago Fernando Vizcaíno. De los tres quedo, resistiendo a más de un “gilipollas” y oyendo estupideces, solo yo, los otros dos, se las ahorran.
Fuimos alumnos de los Jesuitas, no eramos “progres” (aprender en un colegio público, no se “estilaba”) y como hijos de papa obedientes estudiamos donde nos mandaron, el resto ha sido público y notorio, como dicen los del “comparezco y digo”, por cierto Ximo, estudio derecho, lo que no recuerdo es si finalizo o no. Cosa de los años.
Paz para los que se han ido y “jaleo” para los que quedamos aquí, que cada vez somos menos.
Señor de Villena, Fernando, el que más libros vendía. ¿Haber si te enteras?.

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