LOS FRANCESES COLOREAN LA CARA A ARTUR MÁS Y SU GOBIERNO

Resulta que los vecinos del norte son más españoles que los primos catalanes.
Me estoy imaginando más de una sonrisa por la ocurrencia, que no es tal como verán, si no una realidad.
Ya saben ustedes que el Gobern de la Generalitat de Cataluña, ha decidido prohibir las corridas de toros en el Principado, “cargándose” por decreto, una tradición que con constancia, data del siglo XII y culturalmente echan a pique una “fiesta” que en recinto cerrado, fueron los primeros en la totalidad del Estado Español, en disponer de lo que todos conocemos como “una plaza de toros”.
La negación de la “mayor”, se debe al actual anti españolismo que los políticos de forma interesada están intentando “meter con calzador” a la totalidad de la sociedad catalana.
Recordaran al respecto la cantidad de dinero invertido en publicidad para realizar, unos comicios antidemocráticos consultando si se separaban a no del resto del país. Las consultas duraran 4 días y ha pesar de ello “pincharon”, por lo que tanto el actual inquilino de la Plaza de San Jordi de CIU, como su predecesor, que empezó con el peligroso “juego” del PSC, se han quedado con “un palmo de narices” y Don Arturo, se ha visto obligado a colocar la marcha atrás.
Las fuerzas políticas con poltrona en el Parlament, en esa escalada de antiespañolismo en el que están metidos, decidieron votar para prohibir, la llamada “Fiesta Nacional”, precisamente por ese motivo, porque es la “Fiesta” y se entiende que “Nacional” que esos “listos” interpretan como de España, porque como saben para ellos Cataluña es su Nación y España, la de los Reyes Católicos, no existe.
Un cordobés, Montilla fue el primero en meterse con los taurinos, pasándose por la entre pierna el hecho innegable que José Tomás, por ejemplo, el número uno del escalafón, llena la Plaza de Barcelona y sus principales incondicionales son los “aficionados” catalanes.
Con el voto favorable de los de CIU, ganaron el NO, en el Parlament, cuya decisión está recurrida por los aficionados en los tribunales.
Ya saben que existe una Cataluña francesa, porque en tiempos el Rosellón y la Cerdaña, pertenecían a la Corona de Aragón. No es que se tenga recuerdo que en la Edad Media se corrían toros, como pasaba a éste lado de los Pirineos, pero si existe la constancia documental que desde el Siglo XIX, se celebran espectáculos taurinos en el Sur de Francia.
Los vecinos del Norte, han declarado a las corridas de toros “bien cultural de Francia”.
Es decir, lo que unos “españoles” renuncian, los extranjeros lo toman como propio. ¿Cómo se les queda el cuerpo?........¿Es o no, para romperse el traje de risa….?.
El texto de la noticia es el que sigue:”Una comisión reunida por el Ministerio de Cultura aceptó la solicitud enviada por el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas (ONCT), basada en los requisitos de la UNESCO, y su aprobación constituye el reconocimiento institucional del valor cultural de la Tauromaquia”.
Francia inscribió las corridas de toros en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial, con esa decisión se convierte en el primer país que incluye los toros en un inventario de ese tipo.
Cada año se celebran festejos en 47 ciudades francesas.
Las regiones en las que existe la afición a los toros, se benefician de una derogación legislativa al artículo del código penal que castiga todo acto de crueldad contra un animal, domestico o en cautividad, que exceptúa a las corridas de toros cuando una tradición local ininterrumpida puede demostrarse, como es el caso.
La fiesta, se basa en el respeto que los ganaderos, toreros y aficionados sienten por el toro bravo durante su lidia y cría, y que considera que la conservación de la riqueza ecológica de los espacios en los que habitan, está condicionada por la supervivencia de la corrida.