Estamos en plena Feria de Abril, mi editora con la maldad de los valencianos, me decía: “te pones a la puerta de las casetas y pasas el plato, te puedes forrar”. ¡Muy graciosa ella!.
Una vez puestos, vayamos de Feria y no perdamos el perfume de jazmín de Sevilla, ni el paseo por el Real, a pié o a caballo, que mas da, todo es Feria.
Para cacharritos no estamos, hace tiempo que perdimos de vista la infancia y las sirenas el ir de aquí para allá, al tío vivo, al barco, a los autos de tope o choque, al carrusel, la noria y demás, mejor dejarlo para unas piernas actuales y no para las nuestras a las que molesta el albero y necesitan más del tío de los bigotes (en antiguo linimento, que era y es mano de Santo), o las cremas antiinflamatorias mas modernas, y no se si tan eficaces.
El lunes por la noche se encendieron las mas de trescientas mil bombillas que iluminan la portada de la Feria, y al unísono, en las casetas se pusieron hasta el “culo”, con perded, de pescaito frito, hay que rendir culto a la tradición. Ya el domingo por la noche los de cada caseta cenaron en amigable compaña, es una especie de entrenamiento para la semana que empieza el lunes, finaliza el domingo siguiente y necesita del lunes de resaca para reponerse de tanta fiesta.
No se entendería un Abril, en Sevilla sin Feria, como tampoco se comprenderia una Sevilla, con o sin guiris, sin su Feria en el mes de Abril.
El paseo de caballos, señorial. Se presume de montura, compañía y estilo a caballo y los que mas pueden presumen de los mejores carros y los excepcionales tiros de caballos o mulos. Lo importante en la Feria es “estar” y que te vean. Que sevillano no es capaz de hacer el mayor de los sacrificios para no faltar a su cita con el Real.
“En la calle Mazantini 32, tienes tu casa” y el otro contesta “en Pablo Romero 73, está la tuya” y así, con nombres de toreros se multiplican las calles de la Feria, y en ellas las casetas perfectamente numeradas, si te dan una dirección es imposible perderse.
Ahora bien, no vayas, si no tienes amigos y estas invitado, las casetas son de propiedad particular, para las dueños y sus amistades exclusivamente.
En la Feria sucede lo que en las Fallas, o conoces y te meten en el ambiente o todo es muy bonito y no te enteras.
La Feria de Abril, la disfrutan los sevillanos y los que ellos quieren, los otros se hinchan a caminar “pa na”. Pa ver, si pueden bailar una sevillana, por el resquicio de dos cortinas, y eso teniendo suerte.
Hay dos cosas que no faltan en la Feria, el pescaito y la visita de san Pedro en forma de lluvia. ¿Qué raro es el año que la Feria no se moja?.
NO quiero desmitificarla, porque tampoco quiero enemistarme con mis amigos de Sevilla, aunque saben que hace años que no acudo al Real, y no es por invitaciones que sevillano que me encuentro me “larga la suya”, como si fuera el guante de un duelo, un desafío. Pero saben que no soy feriante, soy mas bien rociero y los últimos tiempos, los amigos se preocupan de hacérmelo fácil y aun así tampoco voy. ¿Será que me he hecho mayor y no me he dado cuenta?.
La Feria que es mas que centenaria, se la sacaron de la manga un vasco y un catalán ¿lo sabían? Y se transformo en andaluza y sevillana y no ha parado desde entonces. La concibieron como agrícola y ganadera y de eso no queda ni la simiente ni las herraduras, hay es una pura fiesta “pa too”.
El baile por excelencia son las sevillanas de cuatro tiempos, porque las ha habido de seis y hasta de ocho. Ese baile que sirve para que las mujeres se luzcan, retuerzan los brazos y las m anos como solo saben ellas hacerlo y se acompañen con los cantoneos de caderas que es lo que mas se parece a la danza del vientre. Todo plasticidad, todo rumbo y tronío, el sumun de la belleza.
¿Dónde vas chocho?........¡Al Real a lucir el palmito!.......No es que se tanga que mostrar el arte de mover al abanico, cuyo idioma ya está prácticamente perdido. Hablamos de la mujer que va a lucirse porque se sabe guapa y lleva el diseño perfecto de ese año de su modista de confianza. Los trajes de flamenca de diseño, no son precisamente baratos. Pero como me comentaba hace años un compañero norteamericano de la FOX, el traje de gitana las hace todavía más guapas.
Ese baile pegadizo y repetido por todas las casetas, con el nombre de Sevillana, tampoco es originario de la ciudad; hay dos teorías, elijan la que quieran, unos cultistas dicen que se trata de unas seguidillas castellanas anteriores a los Reyes Católicos y que con el paso del tiempo se han aflamencado. La otra es mas cercana y duele más, y es que proceden de la Sierra de Huelva, otra vez ¿apropiación indebida…?. Esta claro que no han nacido a la vera del Guadalquivir, ni junto a la Torre del Oro, ni en Triana, porque las corraleras, esas que sorprenden por sus interpretes y su monótona- pegadiza cadencia son de Lebrija, “ahí es na”, donde se mantienen y cuidan.
Con gracia, el resumen es como diría aquel: “Si la comedia es francesa y los versos míos son, ¿Qué dedica Camprodón a la Señora Marquesa?........”.
Buena Feria a todos y sobre todo que las corridas de la Maestranza mejoren, porque hasta hoy está fallando el ganao.
¿Hace un rebujito…..?.......¡Salud y hace…. Vamos a echarlo!. Estamos en Sevilla.
Una vez puestos, vayamos de Feria y no perdamos el perfume de jazmín de Sevilla, ni el paseo por el Real, a pié o a caballo, que mas da, todo es Feria.
Para cacharritos no estamos, hace tiempo que perdimos de vista la infancia y las sirenas el ir de aquí para allá, al tío vivo, al barco, a los autos de tope o choque, al carrusel, la noria y demás, mejor dejarlo para unas piernas actuales y no para las nuestras a las que molesta el albero y necesitan más del tío de los bigotes (en antiguo linimento, que era y es mano de Santo), o las cremas antiinflamatorias mas modernas, y no se si tan eficaces.
El lunes por la noche se encendieron las mas de trescientas mil bombillas que iluminan la portada de la Feria, y al unísono, en las casetas se pusieron hasta el “culo”, con perded, de pescaito frito, hay que rendir culto a la tradición. Ya el domingo por la noche los de cada caseta cenaron en amigable compaña, es una especie de entrenamiento para la semana que empieza el lunes, finaliza el domingo siguiente y necesita del lunes de resaca para reponerse de tanta fiesta.
No se entendería un Abril, en Sevilla sin Feria, como tampoco se comprenderia una Sevilla, con o sin guiris, sin su Feria en el mes de Abril.
El paseo de caballos, señorial. Se presume de montura, compañía y estilo a caballo y los que mas pueden presumen de los mejores carros y los excepcionales tiros de caballos o mulos. Lo importante en la Feria es “estar” y que te vean. Que sevillano no es capaz de hacer el mayor de los sacrificios para no faltar a su cita con el Real.
“En la calle Mazantini 32, tienes tu casa” y el otro contesta “en Pablo Romero 73, está la tuya” y así, con nombres de toreros se multiplican las calles de la Feria, y en ellas las casetas perfectamente numeradas, si te dan una dirección es imposible perderse.
Ahora bien, no vayas, si no tienes amigos y estas invitado, las casetas son de propiedad particular, para las dueños y sus amistades exclusivamente.
En la Feria sucede lo que en las Fallas, o conoces y te meten en el ambiente o todo es muy bonito y no te enteras.
La Feria de Abril, la disfrutan los sevillanos y los que ellos quieren, los otros se hinchan a caminar “pa na”. Pa ver, si pueden bailar una sevillana, por el resquicio de dos cortinas, y eso teniendo suerte.
Hay dos cosas que no faltan en la Feria, el pescaito y la visita de san Pedro en forma de lluvia. ¿Qué raro es el año que la Feria no se moja?.
NO quiero desmitificarla, porque tampoco quiero enemistarme con mis amigos de Sevilla, aunque saben que hace años que no acudo al Real, y no es por invitaciones que sevillano que me encuentro me “larga la suya”, como si fuera el guante de un duelo, un desafío. Pero saben que no soy feriante, soy mas bien rociero y los últimos tiempos, los amigos se preocupan de hacérmelo fácil y aun así tampoco voy. ¿Será que me he hecho mayor y no me he dado cuenta?.
La Feria que es mas que centenaria, se la sacaron de la manga un vasco y un catalán ¿lo sabían? Y se transformo en andaluza y sevillana y no ha parado desde entonces. La concibieron como agrícola y ganadera y de eso no queda ni la simiente ni las herraduras, hay es una pura fiesta “pa too”.
El baile por excelencia son las sevillanas de cuatro tiempos, porque las ha habido de seis y hasta de ocho. Ese baile que sirve para que las mujeres se luzcan, retuerzan los brazos y las m anos como solo saben ellas hacerlo y se acompañen con los cantoneos de caderas que es lo que mas se parece a la danza del vientre. Todo plasticidad, todo rumbo y tronío, el sumun de la belleza.
¿Dónde vas chocho?........¡Al Real a lucir el palmito!.......No es que se tanga que mostrar el arte de mover al abanico, cuyo idioma ya está prácticamente perdido. Hablamos de la mujer que va a lucirse porque se sabe guapa y lleva el diseño perfecto de ese año de su modista de confianza. Los trajes de flamenca de diseño, no son precisamente baratos. Pero como me comentaba hace años un compañero norteamericano de la FOX, el traje de gitana las hace todavía más guapas.
Ese baile pegadizo y repetido por todas las casetas, con el nombre de Sevillana, tampoco es originario de la ciudad; hay dos teorías, elijan la que quieran, unos cultistas dicen que se trata de unas seguidillas castellanas anteriores a los Reyes Católicos y que con el paso del tiempo se han aflamencado. La otra es mas cercana y duele más, y es que proceden de la Sierra de Huelva, otra vez ¿apropiación indebida…?. Esta claro que no han nacido a la vera del Guadalquivir, ni junto a la Torre del Oro, ni en Triana, porque las corraleras, esas que sorprenden por sus interpretes y su monótona- pegadiza cadencia son de Lebrija, “ahí es na”, donde se mantienen y cuidan.
Con gracia, el resumen es como diría aquel: “Si la comedia es francesa y los versos míos son, ¿Qué dedica Camprodón a la Señora Marquesa?........”.
Buena Feria a todos y sobre todo que las corridas de la Maestranza mejoren, porque hasta hoy está fallando el ganao.
¿Hace un rebujito…..?.......¡Salud y hace…. Vamos a echarlo!. Estamos en Sevilla.
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