Me hago eco, del trabajo que el compañero Andrés Oppenheimer, publica en el periódico argentino LA NACION, con el titular:”El gran éxodo hispano”.
El periodista sudamericano recoge en su artículo la reciente ley antiinmigratoria que va a aplicar el Estado norteamericano de Arizona a la que califica "como la más xenófoba de Los Estados Unidos".
Dice en su exposición que no será un movimiento de masas de vuelta a Méjico o a la America Central, como esperan los que pensaron y pusieron en funcionamiento la ley. Bien al contrario se tratará, de lo que califica como “de una estampida”, hacia Los Ángeles, Chicago o Miami y otras ciudades de gran población de origen hispano. Todo los latinos se establecerán en aquellos lugares en los que no puedan ser detenidos, ni por el color de su piel, ni por expresarse en español.
La ley faculta a la policía para detener a cualquier persona por la calle, si tiene sospechas razonables que no tiene papeles de inmigración actualizados. A la vez que permite que cualquier ciudadano del Estado, pueda denunciar a la propia policía por no cumplir ese trabajo. Otra vez se pone en practica lo del ciudadano acusica, el policía del policía, lo que dará pié a mas de una venganza personal, hay precedentes.
La ley estatal podría desencadenar la “cacería” indiscriminada del inmigrante indocumentado. Como se puede ver es una ley que deja clara su reminiscencia de procedencia nazi y que va contra el derecho de las personas de elegir un lugar en el que vivir. Lo mismo que choca frontalmente contra otra ley también fundamental, la del libre movimiento de los ciudadanos.
Esa ley, que puede ser copiada y puesta en práctica por otros Estados de la Unión, no impedirá que los indocumentados sigan intentando establecerse en Los Estados, mientras la renta per capita del país sea tres veces superior a la de Méjico, por ejemplo.
Es lógico que quienes tienen como referente el bienestar de la tierra del Tío Sam, pretendan cambiar su situación “a mejor”. Por ello nada detendrá a los mejicanos, que tienen frontera directa con Los Estados, y a los ciudadanos de otros paises de habla hispana de volver a intentar la mejora de su nivel de vida entrando por el medio que puedan en Los Estados Unidos.
El lamentable hecho, no mejorara tampoco la situación en el propio estado, en el que habrá una desviación de fuerzas de la policía a esos menesteres en detrimento de la seguridad ciudadana y la lucha contra el crimen.
Lo mismo que en ese punto hay otra que no han pensado las autoridades de Arizona y es que la medida puede perjudicar gravemente al turismo. Según las cifras que baraja el compañero, son mas de 13 millones de mejicanos; 2,5 millones de sudamericanos y 860.000 centroamericanos, los que visitan todas los años Estados Unidos, y gastan sus dolares y ahora se podrían retraer de sus viajes solo por miedo a ser molestados, por las causas mencionadas, color de la piel e idioma.
Resulta ridiculo hablar del color de la piel y del idioma en pleno siglo XXI, cuando todas esas practicas corresponden a etapas del pasado que se condideraban superadas por todos, pero que como se ve, desgraciadamente hay quien las utiliza, exactamente igual que el caciquismo moderno el de los gobernantes que es una formula de la nueva dictadura con la que coquetean mas de un gobierno sudamericano y que está resultando contagioso.
La única solución para el problema es que el actual Presidente, Barack Obama, impulse la prometida reforma inmigratoria, que mejoraría la seguridad en las fronteras y permitiría legalizar a muchos de los más de 10 millones de indocumentados, especialmente hispanos.
Por lo que se refiere a éste país, hoy nos han dado los datos de población. En donde pisa el buey, terminología que utilizan los marinos, viven 49.200.000 personas. Estos son los que aparecen en el censo.¿Realmente cuantos somos….?.Difícil de saber, seguro que unos cuantos más.
Conformémonos con esos datos, los oficiales. ¡Cómo ha crecido El Estado Español, en unos cuantos años!.
En la guerra civil, eran 28.000.000 millones, al finalizar la contienda un millón menos, 27 millones de españoles del hambre, desde entonces hemos aumentado en 21.200.000 de personas. Hay mayoría de mujeres. Al final siempre mandan ellas.
Los últimos datos de que se disponen es que de los 49 millones y pico, 5.700.000 son extranjeros que mantienen sus nacionalidades de procedencia y la referencia es del pasado recuento, el mas reciente. La distribución que nos facilitan dice que por lo que a europeos los mas numerosos son los rumanos, de otras nacionalidades, magrebíes a continuación, y por lo que se refiere a llegados de los países sudamericanos, lo encabezan los ecuatorianos, seguidos de los colombianos. He hablado con un experto en censo y le he preguntado, cuantos de los 49 millones serán de procedencia de la inmigración, y me ha dicho que calculando por bajo, mas de siete millones y con humor me aseguraba: “si tienes en cuenta que últimamente no estamos por destacar en lo del sexo”. El porcentaje tiene que ser mayor, hasta la explosión de la inmigración, nos quejábamos que la población española estaba envejeciendo a pasos de gigante, por falta de natalidad; una poblaccion envegecida es un problemón y de pronto nos plantamos, en casi 50 millones, y no ha existido el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, está claro que se debe al producto inmigratorio y su capacidad de traer nuevos españolitos de distintas procedencias.
Los problemas que estamos padeciendo con las niñas con los pañuelos en la cabeza, etc, sin olvidar el aumento de la inseguridad ciudadana, las bandas organizadas, el paraísos de las mafias, que tienen a la zona de la costa mediterránea como, la “nueva casa” y un sinfín de novedosos problemas son consecuencia del aumento de esa población. Cuyos inconvenientes también los padecen ellos, lo buenos inmigrantes, los que llegaron para ser unos más, esos que se llaman los nuevos españoles y que precisamente son bastante críticos y rigurosos con los delincuentes y los problemáticos.
A todos a los viejos y a los nuevos, a los recién llegados, a los que ya llevan un tiempo, les ha caído la losa del paro y para algunos lo que era una tierra de promisión, se ha cambiado por la del calvario.
¿Recuerdan el final de mi artículo de ayer?. Está claro que me han debido de oír porque en lo de la “fuchinga” son unos fenómenos. Gracias a ellos ha aumentado la credibilidad de la potencia sexual de los celtiberos, que había decaido bastante.
Mal esta todo hasta para los movimientos migratorios que son necesarios para que los núcleos de población se mantengan de acuerdo con las necesidades de producción. El tema es complicado de explicar, pero simplificando, se diría: que según las necesidades del trabajo se mueven las olas de población, recibiendo o exportando mano de obra. Es como el régimen de mareas; mucho trabajo, marea alta, hace falta gente para trabajar, recepción de emigrantes. Hay exceso de población y poco trabajo, marea baja, la gente tiene que emigrar.
Las autoridades tienen que regular esos flujos pero con justicia y con equidad, no a golpes de genialidades como el caso de los del Estado de Arizona.
Inmigrantes siempre que sean necesarios y de una manera ordenada como la que se produjo, en la Europa de la posguerra mundial. En beneficio de todos, no abrir las manos para que los que lleguen las pasen “canutas”. Estén peor en el país de recepción que como estaban en el de origen.
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