Es una tremenda verdad. El principio de los versos que Serrat transformo en canción de éxito, reflejan cual es el final de la condición humana, como el pueblo soberano acuño, la otra frase lapidaria:”aquí estamos de paso”.
Tanto creyentes como no, todos saben que la vida es la antesala de la muerte y que de ésta no se libra nadie.
Somos por lo tanto, efímeros y estamos de paso. La ciencia ha prolongado la vida de los humanos a través de los tiempos y de una edad considerada media, de 42 años, allá por el año 1.200, hemos pasado a 85 largos, en el 2.010.
Pero nuestra caducidad se ve en otros temas. Los pintores aseguran que sus obras les sobrevivirán, lo mismo sucede en otras ramas del arte y las ciencias, escritores, escultores, etc. Eso hace que se sientan un poco inmortales y les asiste parte de razón.
Pero como todo, las maravillas salidas de sus manos y creadas en sus cerebros, también tienen fecha de caducidad.
Lo único que prevalece es la historia y siempre que no hayan manipuladores para cambiarla.
Ella es la notario del pasado y sucede en sus paginas lo contrario a las apetencias de quienes con sus actos la escribieron, pasan a ella los que posiblemente no quisieran estar y desaparecen, por olvido u omisión, a veces interesada, los que tendrían que ser su cabeza de cartel.
El del jaco, es un claro ejemplo de ello, sus estatuas han sido borradas de la faz de éste país, desde las que estaban plantadas en los mejores lugares de calles y plazas, hasta las que se habían escondido en los patios de los cuarteles; hará una veintena de días que tapada con una lona y muy temprano por la mañana, como si los autores de su desmontaje les diera vergüenza, quitaron la que había en el patio interior de la Capitanía General de Valencia, en el Palacio de la Plaza de Tetuán. Tras la limpia efectuada poco tiempo atrás, en la que los operarios municipales se llevaron todo el arte que estaba relacionado con el anterior Régimen, José Antonio Primo de Ribera y Millán Astray, en el lote, creo que solo queda en pié la que esta en Santander, a la que los paisanos llaman coloquialmente: “La Plaza de los Seis Huevos” (que se resumen así: dos por el caballo, dos por el jinete y dos por el alcalde que contra viento y marea la mantiene en su peana).
Tanto creyentes como no, todos saben que la vida es la antesala de la muerte y que de ésta no se libra nadie.
Somos por lo tanto, efímeros y estamos de paso. La ciencia ha prolongado la vida de los humanos a través de los tiempos y de una edad considerada media, de 42 años, allá por el año 1.200, hemos pasado a 85 largos, en el 2.010.
Pero nuestra caducidad se ve en otros temas. Los pintores aseguran que sus obras les sobrevivirán, lo mismo sucede en otras ramas del arte y las ciencias, escritores, escultores, etc. Eso hace que se sientan un poco inmortales y les asiste parte de razón.
Pero como todo, las maravillas salidas de sus manos y creadas en sus cerebros, también tienen fecha de caducidad.
Lo único que prevalece es la historia y siempre que no hayan manipuladores para cambiarla.
Ella es la notario del pasado y sucede en sus paginas lo contrario a las apetencias de quienes con sus actos la escribieron, pasan a ella los que posiblemente no quisieran estar y desaparecen, por olvido u omisión, a veces interesada, los que tendrían que ser su cabeza de cartel.
El del jaco, es un claro ejemplo de ello, sus estatuas han sido borradas de la faz de éste país, desde las que estaban plantadas en los mejores lugares de calles y plazas, hasta las que se habían escondido en los patios de los cuarteles; hará una veintena de días que tapada con una lona y muy temprano por la mañana, como si los autores de su desmontaje les diera vergüenza, quitaron la que había en el patio interior de la Capitanía General de Valencia, en el Palacio de la Plaza de Tetuán. Tras la limpia efectuada poco tiempo atrás, en la que los operarios municipales se llevaron todo el arte que estaba relacionado con el anterior Régimen, José Antonio Primo de Ribera y Millán Astray, en el lote, creo que solo queda en pié la que esta en Santander, a la que los paisanos llaman coloquialmente: “La Plaza de los Seis Huevos” (que se resumen así: dos por el caballo, dos por el jinete y dos por el alcalde que contra viento y marea la mantiene en su peana).
Pero para la tranquilidad de los iconoclastas y depredadores de arte, no tienen que preocuparse porque el propio tiempo y el aburrimiento de las piezas, termina con ellas. Son muchas las que el paso de los años y las inclemencias metereológicas, hacen su trabajo.
Una de las grandes obras que se hizo en la época precedente y con la intención de que sirviera para el recuerdo de vencedores y vencidos en la contienda del 36 al 39, fue la Basílica de la Santa Cruz del Valle de Los Caídos, lugar en el que los que mandaban en el momento de la muerte del general, eligieron para la exhumación de sus restos y que los humoristas del país mantuvieron como objeto preferente de sus cuentos.
Esa obra faraónica, se encomendó a uno de los grandes escultores que ha dado el pasado siglo: Juan de Ávalos, cuyo trabajo costo años en llevarse a cabo, pero que se finalizo y causo sensación entre los amantes del arte del mundo, catalogándola como “la obra de un Miguel Angel del siglo XX”.
En su conjunto y que fuera posiblemente la causa que diera origen a tal catalogación, no falta “una piedad”, enorme que cierra la parte superior de la basílica.
Hoy sabemos que la iglesia la van a cerrar porque van a proceder al desmontaje del grupo escultórico mencionado que cuyo trabajo tardara tiempo en llevarse a cabo en su totalidad.
Los de la ley de la memoria histórica, supongo que brindaran con cava catalán al conocer la noticia. De repente y sin que haya que recurrir al derribo obligado, el tiempo se ocupa de hacerles el favor.
Según los técnicos especialistas del Patrimonio Nacional. (¿Ah. Pero los del Patrimonio se ocupan también del Valle de los Caídos?. Aunque solo sea para desmontarlo, por lo visto si.) Su deterioro es tan grande que no queda otra solución más que desmontarla para poder proceder a los trabajos para su conservación. Ya, va para tres años, y viendo el deterioro que estaban tomando los Cuatro Evangelista del pié de la Cruz, se intento un tratamiento especial que no dio resultado y que lleva a los restauradores al pesimismo en cuanto a la supervivencia del monumento, sino se procede rápidamente a restaurar.
Ávalos, eligió para sus trabajos una piedra que hizo traer de la provincia de Zaragoza y que no resiste el paso del tiempo, como se pensó en su momento. Los expertos hacen hincapié en que tienen que actuar ya, porque todo el conjunto escultórico es relativamente “joven”, cumple los 52 años de existencia desde su total terminación. De no hacerlo su perdida total está garantizada.
Los bromistas, ya han empezado hacer su trabajo, por ahí circula el bulo que dice: “que Los del Valle están hartos de ver lo que pasa en el país y quieren irse”.
Bromas a un lado, los de la memoria al poder, sin mover un dedo se van a encontrar con el des montaje voluntario del monumento mas representativo del franquismo, con lo que les ahorran el trabajo, que seguro molestaba a alguien.¿Ven como no hace falta esperar a las decisiones de Garzón?.
Una de las grandes obras que se hizo en la época precedente y con la intención de que sirviera para el recuerdo de vencedores y vencidos en la contienda del 36 al 39, fue la Basílica de la Santa Cruz del Valle de Los Caídos, lugar en el que los que mandaban en el momento de la muerte del general, eligieron para la exhumación de sus restos y que los humoristas del país mantuvieron como objeto preferente de sus cuentos.
Esa obra faraónica, se encomendó a uno de los grandes escultores que ha dado el pasado siglo: Juan de Ávalos, cuyo trabajo costo años en llevarse a cabo, pero que se finalizo y causo sensación entre los amantes del arte del mundo, catalogándola como “la obra de un Miguel Angel del siglo XX”.
En su conjunto y que fuera posiblemente la causa que diera origen a tal catalogación, no falta “una piedad”, enorme que cierra la parte superior de la basílica.
Hoy sabemos que la iglesia la van a cerrar porque van a proceder al desmontaje del grupo escultórico mencionado que cuyo trabajo tardara tiempo en llevarse a cabo en su totalidad.
Los de la ley de la memoria histórica, supongo que brindaran con cava catalán al conocer la noticia. De repente y sin que haya que recurrir al derribo obligado, el tiempo se ocupa de hacerles el favor.
Según los técnicos especialistas del Patrimonio Nacional. (¿Ah. Pero los del Patrimonio se ocupan también del Valle de los Caídos?. Aunque solo sea para desmontarlo, por lo visto si.) Su deterioro es tan grande que no queda otra solución más que desmontarla para poder proceder a los trabajos para su conservación. Ya, va para tres años, y viendo el deterioro que estaban tomando los Cuatro Evangelista del pié de la Cruz, se intento un tratamiento especial que no dio resultado y que lleva a los restauradores al pesimismo en cuanto a la supervivencia del monumento, sino se procede rápidamente a restaurar.
Ávalos, eligió para sus trabajos una piedra que hizo traer de la provincia de Zaragoza y que no resiste el paso del tiempo, como se pensó en su momento. Los expertos hacen hincapié en que tienen que actuar ya, porque todo el conjunto escultórico es relativamente “joven”, cumple los 52 años de existencia desde su total terminación. De no hacerlo su perdida total está garantizada.
Los bromistas, ya han empezado hacer su trabajo, por ahí circula el bulo que dice: “que Los del Valle están hartos de ver lo que pasa en el país y quieren irse”.
Bromas a un lado, los de la memoria al poder, sin mover un dedo se van a encontrar con el des montaje voluntario del monumento mas representativo del franquismo, con lo que les ahorran el trabajo, que seguro molestaba a alguien.¿Ven como no hace falta esperar a las decisiones de Garzón?.
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