Ésta página, nació para dar respuesta a una serie de buenos amigos que aseguran que se lo pasan bien con las cosas que escribo. Del “cuadrito” no hablo, aunque no desentonaría, entre lo que sale hoy; con toda modestia ¡garantizado!. Los nuevos, no me han enseñado nada.

Dije en su momento que no sabía si su interés estaba basado en el deseo, o en la caridad. A todos gusta que nos alaben, y a las seguidores de los productores de aucas, continuadores de los trovadores medievales y remontándonos antes a los mala milk de los bufones, muchísimo más. Si quiere que un comunicador le guarde eterna simpatía, cuando se lo cruce, dígale: “muy bueno lo tuyo”, se pondrá mas “lindo” que un pavo real en plena exhibición. Usted posiblemente no sepa el porqué; él, a lo peor tampoco, pero en su fuero interno ha sentido un “gustirrinin” muy especial. Ese día se sentirá el dueño del corral (la redacción).
La segunda causa, es la caridad. Quizás pensaron:”vamos a darle un poco de jabón a éste que ya está mayor”. Tratándose de compañeros de estudios, de oficio y artistas, es más que probable. Tan lejos como que ésta misma mañana, me lo recordaba, con rin, tin,tin, Teresa, de mi Editorial.

Mi sorpresa ha sido descubrir que son más de los que pensaba. “El contador, no engaña”. Y que antiguos amigos de otros países, se han acordado del compañero Toni, e inclusive, muchos nuevos profesionales han sentido curiosidad, por ver como lo hacían (dicho con toda humildad), las vacas sagradas del periodismo del siglo pasado.
La verdad es que con mis articulitos de vez en cuando iba matando la afición. Ahora me debo preocupar con que el Blog, tenga vida. Así que entre la página y escribir libros, ¡estoy ocupadísimo!.
Para que la página sea mas viva y resulte mucho más apetecible para el lector, les incluiré trabajos de otros compañeros que hablan y trabajan en nuestro idioma desde diferentes partes del mundo. Me gustaría que el blog fuera un pequeño referente para dejar claro que somos más de 400 millones de castellano parlantes.

A unos, a otros y a los de más allá, muchas gracias. Confío en no defraudaros.

sábado, 3 de abril de 2010

LA CALLE

La Semana Santa, se ha portado. Por fin el pueblo ha podido gozar de su patrimonio primordial: LA CALLE.
La festividad de la Semana más clásica del año para los españoles, siempre estás relacionada con la climatología. Las Hermandades y Cofradías, viven pendientes del “parte” metereologico. ¿Llovera, hará bueno?. El frío es lo de menos aunque también influye en el éxito total de las fiestas. Y estas tiene su lugar en la calle, es su sitio, es donde todos se encuentran: Los tronos, los palios, los penitentes, los hermanos cofrades, los costaleros, los capataces y el pueblo soberano, que va de aquí para allá, sin tregua y sin pausa, a su ritmo.
Los turistas, unas veces admirados, otras sorprendidos y casi nunca defraudados. Todos a gozar de unas fiestas que son tradicionales y en las que se deja claro cuales son las necesidades de un pueblo que siempre espera el “milagro” para la solución de sus males. Al paso de las imágenes, se admira la manera como procesionan, se produce el encuentro con las emociones aprendidas en el seno familiar de niños y se pide al Cristo o a la Virgen, por la salud, por la curación de los enfermos de la casa y si queda espacio en la conciencia, por el pan nuestro, sin olvidar el trabajo. La relación de necesidades es grande y en los tiempos que vivimos más. Todos, hasta los no creyentes, piden al Crucificado, o a la Madre de Dios, por si acaso. Porque el problema de la hipoteca es para todos, los que se dicen creyentes y los que se manifiestas ateos. Aunque como se ha dicho muchas veces los agnósticos ibéricos, son de una pasta especial. Asisten puntualmente a los actos religiosos. Afirman que empujados por las costumbres familiares; otros manifiestan que es por el principio cultural, y otro grupo asegura que como consecuencia de las propias fiestas.
Todos toman la calle, como si de un gran campo de juego se tratara y en ella se desarrolla el partido con las reglas que marca la tradición.
Hay ganas de playa, y en los lugares en los que baña el mar, ya se concentran en la arena para tostarse al sol, recibir las primeras caricias de Lorenzo.
Para los industriales, especialmente para los de hostelería, significa un respiro dentro de la situación pésima por la que atraviesan los negocios como resultados de la crisis.
Los clientes, no se estiran, pero hay que comer y se tiene que beber. Ello se convierte en una venta, inferior a la hora de echar cuentas, con respecto a otros años, pero que hace “cajón” y ayuda a pagar gastos y a vivir, que tal cual están las cosas ya es bastante.
Las calles repletas visten su mejores galas y los transeúntes combinan las visitas a los templos con los mejores lugares para poder presenciar las procesiones, dentro o fuera de la carrera oficial, con la “picada” en éste o aquel bar, donde ponen unas tapas “de muerte” y ya de “madruga” tomar la copita que ayuda a soportar el frío.
En la esquina de casa hay un barecito de los digamos “típicos”, no es de los que se comen el “coco” pensando en la tapa sorprendente o la excelsa, es de los de “sota, caballo y rey”, pero de buena calidad. Éstos días está hasta “las trancas” de gente a la hora punta. He preguntado al patrón y me ha dicho que todos los días lo vende todo, que a media tarde ya no quedan torrijas y que por la noche, las cazuelas de tapas se terminan. Me contaba ésta mañana que raro es el día que cierra antes de las dos y media de la noche. Teniendo presente que estamos fuera de la ciudad, en medio de una zona residencial y que aquí, no hay procesiones, ni capirotes a la vista se podría decir que es todo un éxito.
-¿Pepe, la gente gasta?.
-Lo justito, pero es una alivio.
Más vale así, Dios quiera que sea el principio de la remontada que dicen los del gobierno.
No vale reírse. La calle también es el recurso que le queda al celtiberico cuando tiene los bolsillos vacíos. Hasta hoy por pasear y mirar, no cobran impuestos. Todos a la calle.

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