Le doy mi palabra de honor que nunca jamás, pensé que tendría que escribir en un país como éste, un titular como el que termino de garabatear, máxime en estos tiempos.
En el oficio de juntador de “palabros”, he hecho de todo. He llevado folios, he escrito lid e titulado y poquito a poquito, he escalado, sin pisarle la cabeza a nadie, hasta ocupar un lugar de privilegio. Todo solito, y sin que en mi parentela apareciera nadie relacionado con éste arte u oficio, depende de quien lo juzgue o de quien lo admire.
Empecé en lo de contar cosas cuando España estaba gobernada por la dictadura de Franco, con sus dos etapas, la dura y la blanda que de “dictadura” tenía poquito. La superé y continué trabajando en la transición donde tuve un papel protagonista, en contra de mi voluntad y que tal, cual prometí, ni he escrito ni dicho nada de lo que sucedió, aunque ha habido muchas personas que me lo han preguntado, e inclusive alguien se permitió, porque hace tiempo, alguna amenaza velada, que tuvo el efecto contrario al que tenían previsto, me envalentono y cerré más fuerte la boca. De lo que paso aquel 23 F, solo lo sabemos los protagonistas, algunos desgraciadamente ya han desaparecido. De lo único que me vanaglorio es de ser el responsable, junto con otros compañeros, exactamente dos más: un conductor de PMM y un eléctrico de televisión que materializaron con un magnetoscopio, que haría reír a los actuales técnicos, y con una cámara Ikegamy que pesaba tres kilos, aquel importante documento, filmar aquellas impresionantes imágenes de los tanques por las calles de Valencia, que dieron la vuelta al mundo. Y hasta ahí puedo contar.
La batallita, anterior viene al caso, para dejar sentenciado que el que esto escribe, lleva muchas horas de “pescante”, para los jóvenes demasiadas. Y vividas, ni les cuento. El primer contacto con un micrófono fue por el año 60 del siglo pasado, y con una galerada unos meses antes.
Disculpen que sea tan mayor y que para mayor “contubernio” empezase en lo de contar cosas tan joven.
Eran otros tiempos, y las gentes, no eran como las de ahora. Radios habían tres cadenas muy sólidas y televisión, solo una. Prensa escrita acreditada, unos cuantos grupos que pugnaban por robarse los titulares. Era, curioso para los lectores de éste siglo, saber que habían diarios de mañana y de tarde.
La fama de noctámbulos, bebedores de café,y otras maldades nos vienen a los profesionales desde aquellos años, donde las redacciones funcionaban hasta la madrugada y al cerrar el periódico, nos marchábamos a desayunar , al bar mas golferas de la capital, era un ritual mas del oficio.
Les estoy contando “batallitas”, cuando mi intención no era mas que dejar sentencia de mi absoluto sobre salto, al tener necesidad de utilizar términos que creía obsoletos, y por su dureza, irrepetibles en una democracia.
Con la mano en el corazón: ¿sería usted capaz de esperar que en el siglo XXI, nos viéramos obligados, sin ningún pudor, ha hablar de nacionalizaciones?, en un Estado que se llama democrático. Pero no termina ahí la cosa, para provocar el escándalo, eso sucede en un país occidental, teóricamente libre, insisto y en el que se entiende lo que es la “globalización”, como un mal que ataca a los países desarrollados .
Permitido darse una ducha fría, antes y continuar leyendo, mas despejado.
Los listos del dinero que los hay y muchos, se han adelantado al Ministro y los catalanes, no hay que incidir, en lo de la “pela” son maestros, han creado teniendo como base “Criteria” el Caixa Bank, que de sopetón se convierte en el 10º de Europa.
Después del SIP, la CAM que también está por la labor confirma un “pufo” de 26.000 millones por culpa de los del ladrillo, nombramos a otra de las grandes. Ese grupo de la burbuja , necesita el “cambio” ya. ¿Cómo afrontar su situación que es totalmente novedosa.
No quiero mencionar la cantidad de cadáveres empresariales que se han dejado en la “carretera” éstos años atrás y menos a los desgraciados que están en el paro y que alcanzan al 20,3% de la población activa. El record dese la transición.
Pues haciendo de tripas corazón, y sin “asco” y menos piedad”, intentar enderezar esas entidades financieras que todo creíamos salvadas, y que resulta que “tampoco”, sobresalta a los paisanos.
La dichosa crisis, nos ha puesto a todos contra la pared. Pero lo peor está por llegar y es que los “gurús”, no saben donde está la A, para comenzar a dar lectura al alfabeto y a desmenuzar el problema.
Las nacionalizaciones son, a juicio de la Ministra, la única solución posible para salvar el buen nombre de todo nuestro sistema bancario. Se manejan cifras importantes, tanto desde el gobierno, como desde los restantes implicados.
La banca pura y dura, solicita al gobierno que cambie el plan, para facilitar la venta de las cajas sin tenerlas que nacionalizar, mejor anticipándose a esa medida.
Estos últimos son del parecer que el FROB no se utilice únicamente para inyectar capital, sino para dar garantías contra pérdidas a los compradores.
Las mencionadas garantías serían similares a las concedidas a Cajastur para la compra de CCM y lo mismo en lo que respecta a la BBK, para la adquisición de Caja Sur, lo que se conoce como esquema de protección de activos EOA; un aval del Estado que asuma las posibles pérdidas latentes que tengan las entidades con problemas, para que los potenciales compradores: otros bancos, fondos internacionales y restantes interesados, no tengan que hacerse cargo de ellas.
Otra formula de las habladas sería la del famoso “banco malo”, al que se traspasarían los activos problemáticos, y en ese caso si sería el Estado el que asumiría las pérdidas.
El capital privado que puede estar interesado en la adquisición de esos bancos, se muestra reticente a comprar tras la nacionalización, porque piensan que se encarecerían.
Esos son los puntos de vista que aparecen, en cuanto se ha conocido la decisión de la nacionalización.
A mí, me continua resultando cuanto menos extraño, hablar de políticas de nacionalización que suenan a tiempos pasados y a formulas, por lo menos “raras” en democracia.
En el oficio de juntador de “palabros”, he hecho de todo. He llevado folios, he escrito lid e titulado y poquito a poquito, he escalado, sin pisarle la cabeza a nadie, hasta ocupar un lugar de privilegio. Todo solito, y sin que en mi parentela apareciera nadie relacionado con éste arte u oficio, depende de quien lo juzgue o de quien lo admire.
Empecé en lo de contar cosas cuando España estaba gobernada por la dictadura de Franco, con sus dos etapas, la dura y la blanda que de “dictadura” tenía poquito. La superé y continué trabajando en la transición donde tuve un papel protagonista, en contra de mi voluntad y que tal, cual prometí, ni he escrito ni dicho nada de lo que sucedió, aunque ha habido muchas personas que me lo han preguntado, e inclusive alguien se permitió, porque hace tiempo, alguna amenaza velada, que tuvo el efecto contrario al que tenían previsto, me envalentono y cerré más fuerte la boca. De lo que paso aquel 23 F, solo lo sabemos los protagonistas, algunos desgraciadamente ya han desaparecido. De lo único que me vanaglorio es de ser el responsable, junto con otros compañeros, exactamente dos más: un conductor de PMM y un eléctrico de televisión que materializaron con un magnetoscopio, que haría reír a los actuales técnicos, y con una cámara Ikegamy que pesaba tres kilos, aquel importante documento, filmar aquellas impresionantes imágenes de los tanques por las calles de Valencia, que dieron la vuelta al mundo. Y hasta ahí puedo contar.
La batallita, anterior viene al caso, para dejar sentenciado que el que esto escribe, lleva muchas horas de “pescante”, para los jóvenes demasiadas. Y vividas, ni les cuento. El primer contacto con un micrófono fue por el año 60 del siglo pasado, y con una galerada unos meses antes.
Disculpen que sea tan mayor y que para mayor “contubernio” empezase en lo de contar cosas tan joven.
Eran otros tiempos, y las gentes, no eran como las de ahora. Radios habían tres cadenas muy sólidas y televisión, solo una. Prensa escrita acreditada, unos cuantos grupos que pugnaban por robarse los titulares. Era, curioso para los lectores de éste siglo, saber que habían diarios de mañana y de tarde.
La fama de noctámbulos, bebedores de café,y otras maldades nos vienen a los profesionales desde aquellos años, donde las redacciones funcionaban hasta la madrugada y al cerrar el periódico, nos marchábamos a desayunar , al bar mas golferas de la capital, era un ritual mas del oficio.
Les estoy contando “batallitas”, cuando mi intención no era mas que dejar sentencia de mi absoluto sobre salto, al tener necesidad de utilizar términos que creía obsoletos, y por su dureza, irrepetibles en una democracia.
Con la mano en el corazón: ¿sería usted capaz de esperar que en el siglo XXI, nos viéramos obligados, sin ningún pudor, ha hablar de nacionalizaciones?, en un Estado que se llama democrático. Pero no termina ahí la cosa, para provocar el escándalo, eso sucede en un país occidental, teóricamente libre, insisto y en el que se entiende lo que es la “globalización”, como un mal que ataca a los países desarrollados .
Permitido darse una ducha fría, antes y continuar leyendo, mas despejado.
Los listos del dinero que los hay y muchos, se han adelantado al Ministro y los catalanes, no hay que incidir, en lo de la “pela” son maestros, han creado teniendo como base “Criteria” el Caixa Bank, que de sopetón se convierte en el 10º de Europa.
Después del SIP, la CAM que también está por la labor confirma un “pufo” de 26.000 millones por culpa de los del ladrillo, nombramos a otra de las grandes. Ese grupo de la burbuja , necesita el “cambio” ya. ¿Cómo afrontar su situación que es totalmente novedosa.
No quiero mencionar la cantidad de cadáveres empresariales que se han dejado en la “carretera” éstos años atrás y menos a los desgraciados que están en el paro y que alcanzan al 20,3% de la población activa. El record dese la transición.
Pues haciendo de tripas corazón, y sin “asco” y menos piedad”, intentar enderezar esas entidades financieras que todo creíamos salvadas, y que resulta que “tampoco”, sobresalta a los paisanos.
La dichosa crisis, nos ha puesto a todos contra la pared. Pero lo peor está por llegar y es que los “gurús”, no saben donde está la A, para comenzar a dar lectura al alfabeto y a desmenuzar el problema.
Las nacionalizaciones son, a juicio de la Ministra, la única solución posible para salvar el buen nombre de todo nuestro sistema bancario. Se manejan cifras importantes, tanto desde el gobierno, como desde los restantes implicados.
La banca pura y dura, solicita al gobierno que cambie el plan, para facilitar la venta de las cajas sin tenerlas que nacionalizar, mejor anticipándose a esa medida.
Estos últimos son del parecer que el FROB no se utilice únicamente para inyectar capital, sino para dar garantías contra pérdidas a los compradores.
Las mencionadas garantías serían similares a las concedidas a Cajastur para la compra de CCM y lo mismo en lo que respecta a la BBK, para la adquisición de Caja Sur, lo que se conoce como esquema de protección de activos EOA; un aval del Estado que asuma las posibles pérdidas latentes que tengan las entidades con problemas, para que los potenciales compradores: otros bancos, fondos internacionales y restantes interesados, no tengan que hacerse cargo de ellas.
Otra formula de las habladas sería la del famoso “banco malo”, al que se traspasarían los activos problemáticos, y en ese caso si sería el Estado el que asumiría las pérdidas.
El capital privado que puede estar interesado en la adquisición de esos bancos, se muestra reticente a comprar tras la nacionalización, porque piensan que se encarecerían.
Esos son los puntos de vista que aparecen, en cuanto se ha conocido la decisión de la nacionalización.
A mí, me continua resultando cuanto menos extraño, hablar de políticas de nacionalización que suenan a tiempos pasados y a formulas, por lo menos “raras” en democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario