¿EN QUE GUERRA ESTAMOS?.

El titular es digno de Gila, el humorista del siglo XX, que mejor entendió a sus paisanos y fue capaz de hacer reír, por igual, a celtíberos tan opuestos como gallegos y valencianos; catalanes o extrémenos y vascos con andaluces. Las guerras de Gila las comprendía todo el mundo, hasta el enemigo resultaba cordial y familiar, su famosas preguntas al contrario divertían a todos:¿Oiga, es el enemigo….?. Yo no se si viviera Miguel, si terminaría de entender los conflictos actuales y se tendría una formula para solventarlos: ¿Esta el de lo cañones….que se ponga…..?. Me gustaría conocer Gila, como enfocaría las nuevas guerras, y por descontado enfocadas bajo el prisma del humor, que es la forma menos dañina como se las debe digerir. A lo peor, el maestro del humor, tampoco se tropezaba con las palabras para justificarlas. Metidos como estamos en vísperas de elecciones. A poco que uno se mueva por ciertos lugares se percata que hay algo en el ambiente que flota, como un perfume no deseado, que contagia. Da la sensación que hay algo que no te deja estar cómodo en el lugar y empuja abandonarlo. Los mentideros políticos funciona a tope, una conclusión he sacado, es que en las elecciones venideras las estrategias, se hacen en la calle y no en las sedes de los partidos. Si el tema tiene rotundidad que ha llegado a hasta mi pueblo…… Hemos tenido feria del caballo y dentro del éxito, que lo ha tenido y mucho, todo el mundo iba buscando el fallo. Es la primera vez en mi larga vida de contador de cosas que veo que hay stands que se identifican con los colores de los partidos. Por supuesto que cada uno de ellos tenía su nombre comercial clarísimo; pues no señor, el de Herrajes García (es un supuesto) es el del Partido Andalucista, y así sucesivamente todos. ¿Qué cosas…..?. ¡Vivir para ver!. Hasta lo profesionales, teóricamente poli partidistas, estaban con el pié cambiado. Reconozco que también es novedad que en una feria, tan divertida como ésta, te hablen de temas que no tengan que ver con la fiesta, las bromas, y los chistes. Fundamental de las copas y del bien comer. No me atrevo a catalogarlo, como ¿de novedosa o de decadente?. Bueno pues si todo el mundo está con una curiosidad “mal sana” pensando en quien podrá ganar el 22 de Mayo, pregunta que se repite como el eco. Algo semejante tiene que pasar con respecto al lío de la guerra de Libia. Eso de “meterse” en una contienda a tiros, probablemente como me he visto metido “en contra de mi voluntad”, en mas de una, es algo que no termino de comprender y ustedes disculpen mi falta de inteligencia, porque explicación debe de haber, aunque más de uno no terminemos de entenderla. Para ello, hay personas que tienen las palabras de los que mandan como el catón de primaria, y basta que digan ¡AH….!, para que se lo crean a pie juntillas. Bienaventurados los creyentes porque alcanzaran el reino de Zapatero. Pero hay un grupito, una minoría de cabecitas “desobedientes” (que piensan) y necesitan mas que la A mayúscula es parecida a una escalera, tal cual la explica el librito, porque también, y eso no lo dice el catón, se puede representar redondita y con rabito como la minúscula, solo que pintándola más grande. El matiz es lo que les falla a nuestros políticos, no dan con el “quid” de la cuestión. El pequeño “intríngulis” de las cosas se queda sin explicar y pierden la credibilidad, por lo menos ante el grupito de cabezas críticas. En ello radica el problema. Personalmente, no justifico ninguna guerra, como tampoco nadie tiene derecho a quitarle la vida a un “vecino” por muy “hijo de puta” que sea. La vida, la da y la quita el de Arriba y nadie de los de abajo, tiene “papel de gobierno” para hacerlo. En Lepanto íbamos contra el turco; eso estaba claro; en Irak contra las bombas de Sadam, que no tenía, ¿lo hemos sabido después…?. Y en Libia ¿Qué pintamos….?. En Afganistán, estamos para lavarle la cara al patrón y que no se enfade demasiado por la salida por la puerta de atrás de Irak, con despedida a la francesa: sin decir ni Adiós. Y la factura que estamos pagando es muy alta, en vidas y material, quizás más cara que si nos hubiéramos quedado con los americanos en las tierras de Sadam. Pero eso es algo que no podremos saber jamás., Como es muy posible que nadie nos diga de manera convincente, cual es nuestro papel en Libia y que beneficios obtendremos de nuestra participación. Porque ir a una guerra para que un Presidente de gobierno, salve su culo, a mí ni me gusta, ni me convence. Y soy un español más, no la excepción de la regla.