Cayetana Fritz James Stuart, duquesa de Alba y la noble que más títulos posee, es un gran personaje de éste país, pero no por acumulación de méritos familiares a los que evidentemente representa, lo es por derecho propio y ganada día a día con su modo de ser y su indiscutible personalidad.
Dª Cayetana, ha saltado de un lienzo de Goya, a la sociedad del siglo XXI, sin descomponerse el pelo. Su peinado actual se parece como una gota de agua a otra, al de su antepasada, la maja del inmortal sordo de Fuendetodos.
De la nobleza no hace falta ser muy extenso, porque todos saben de sus muchos títulos, esta claro que el más importante es el Ducado de Alba, pero Cayetana, entre los que puede honrosamente presumir que posee, tiene alguno que es de la nobleza valenciana (sin querer se me ve la pluma), dos muy clásicos, los Ducados de Liria, de donde procede el nombre del palacio residencia principal en Madrid (Palacio de Liria) y el de Jérica, que provine de la reconquista del Reino de Valencia por parte de Jaime I el Conquistador, o sea del año 1.238.
Del señorío, la duquesa da un recital cada día. No hay mas que verla como se comporta con la gente. “El saber estar”, no se aprende en la universidad, ni se titula en un master. Esa virtud que nace con la persona y muere con ella. Cayetana, trata y repito una de las palabras que mas dice “divinamente” a todo el mundo, sean príncipes o hayan nacido en ruin barca. Hasta tiene caridad y paciencia con los reporteros de las revistas del corazón, a quienes escucha y de vez en cuando responde sin descomponer el rostro. Cuando no quiere, pasa entre ellos, sin ni siquiera mirarlos, pero dejando claro que es Cayetana de Alba.
Su casticismo, y su raza son tradicionales con la casa de Alba, si uno de sus antepasados ha dejado en algunos lugares de Europa su nombre para la eternidad, es el caso por ejemplo de los Países Bajos, donde para atemorizar a los niños, no se les dice que viene el “coco”, sencillamente se les recuerda: “que viene el Duque de Alba”.
Su antepasada la maja, escandalizo a su tiempo con la relación que dicen mantuvo con el pintor aragonés, importándole un pimiento el que dirán, bastante mas riguroso entonces que ahora.
Ella ha continuado demostrando al mundo que es una Alba, casando dos veces y saltándose a la torera, el “run, run de la gente” y reconociendo que tiene novio a los ochenta y cinco años. ¿Hay quien pueda demostrar más raza?.
Ante el posible escándalo de la gente hipócrita, ha dado ”un canto al sol” y se ha marchado de viaje a diferentes lugares, en compañía de Alfonso Díaz, su enamorado.
A las protestas de sus hijos, a respondido con la presencia del pretendiente en La Casa de Pilatos, su palacio residencia en Sevilla.
Y para dejar claro que ella es Cayetana, y hace lo que cree conveniente, se ha presentado en lugares públicos tanto con Alfonso, como con su es yerno Francisco Ribera Ordóñez, e inclusive con la nueva novia del torero, a quien ha autorizado para que monte un espectáculo, en el que la bailaora interpretara a la duquesa.
Su última recompensa ha sido la medalla de las Bellas Artes, que el Estado Español le otorga por el perfecto mantenimiento del patrimonio artístico que posee y las facilidades concedidas para que pueda ser visitado por los paisanos. El penúltimo, y no me olvido, fue el que le concedió La Junta de Andalucía.
Conozco a Cayetana, desde hace muchos años y recuerdo perfectamente cual fue la primera entrevista que le hice. Nombraron a la duquesa Fallera Mayor en Valencia y a un jovencito periodista que llevaba poco tiempo en la Radio Nacional, lo mandaron para que la entrevistara, el chico nervioso por la responsabilidad que se encaminó al Hotel Astoria de Valencia para hacer el trabajo, era un tal Toni Lara. Le recibió en su habitación el duque consorte Martínez de Irujo. No fue una entrevista “al trote borriquero” como las hacen ahora. Fue con todas las bendiciones, como se hacían antes: solicitud para entrevistar y consensuar, día, hora y lugar. Desde aquello ha llovido un poquito……, vamos que han pasado más de dos “tormentas perfectas”. Con posterioridad he entrevistado a Dª Cayetana un par de veces más, una para los papeles y otra para la tele, también han pasado unos cuantos días.
Siempre me ha recibido con simpatía y me ha contestado a todas las preguntas, sin cuestionario previo. Y ahora que tengo oportunidad lo digo, porque en alguna ocasión ha llegado a mis oídos, después de haberlas publicado que se trataba de entrevistas preparadas.
En hora buena duquesa, por la medalla de las Bellas Artes, y por favor, no cambie, siga siendo usted, la Cayetana de Alba que respetan y admiran los españoles.
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