Ser mujer con mayúsculas, es todo un arte. La especie humana el bípedo erguido, tiene dos géneros: el masculino y el femenino. En todo la diferencia es notable; ser varón entraña “teóricamente” ser fuerte y armónicamente bien constituido con arreglo a un criterio que definen, tipifican y valoran, las del sexo contrario. A la hora de la verdad, salen los del sindicato de la bata blanca y te soplan al oído que de mas fuertes, nada; que eso no es cierto y que la realidad es que el sexo opuesto, es muchísimo mas fuerte y además esta mejor preparado para soportar el dolor y el sufrimiento, con lo cual el mito del “macho” a la “mierda” con perdón.
Si seguimos recurriendo a la ciencia y comparando, mejor es dejarlo, por el resultado del comparativo que es catastrófico para esa figura que tantos años ha mantenido la superioridad del hombre.
¿Luego lo de la fragilidad de la mujer?. Otro “camelo más” que otra cosa acabe que mirar para otra parte. Durante años ha ellas les ha convenido mostrar esa apariencia de debilidad y a ellos la contraria, y todo ha funcionado bien, tienen que venir los estudiosos, los “cabezas cuadradas” a terminar con el mito.
Hay una verdad de Perogrullo y es que al final y por mucho que por costumbres, dichos, proverbios o religión, que diga lo que a cada uno convenga, lo que prevalece son los hechos y éstos también se han querido tapar, con cortinas mas o menos espesas, pero siempre al final, como en el cuento del lobo y el cerdito, el listo, descubre la patita del perverso. En el caso que nos ocupa y ahí va la aplastante realidad, el mundo en el que vivimos es un matriarcado. Por ejemplo se termina de dar a conocer que entre los pigmeos existe el igualitarismo, o lo que es lo mismo, le exigencia ultima de las mujeres, en una de las tribus mas primitivas que existen es algo viejo que se viene practicando desde siempre, el consejo de ancianos no se atreve a ponerle fecha, la respuesta es: “¡siempre ha sido así!”.
Ya se que muchos están con la escopeta cargada, dispuestos a disparar, la violencia de genero, la poligamia y el Islam, con sus polémicas suras. No soy un teólogo coránico y por lo tanto no puedo “pontificar” que es término que pertenece a otra religión monoteísta pero que “sentencia” mejor que otras palabras la idea a expresar. Si puedo decir porque lo he hablado con alguno de los estudiosos del libro sagrado de los seguidores del profeta que la mujer no es un ser inferior y que es la base de la familia coránica. Como me lo contaron lo trasmito. Que los ejemplos en contra son evidentes y no hay suficientes números para contarlos, es verdad. Que algún Imán, se pasa en sus sermones, en contra del género femenino, público y notorio, uno de ellos el de Marbella. Pero por encima de los pros y los contras de los partidarios y de los detractores, una cosa es incuestionable en la casa de un “moro” manda su madre.
La violencia de género, es consecuencia de la erradicación de Dios, en nuestras vidas, así la veía, un amigo sacerdote. Puede que no vaya del todo descaminado. Con la perdida de los valores mas primarios entre la juventud actual y algunos no tan jóvenes, está el respeto. Lo que viene a significar que la violencia, engendra violencia. Y la pérdida del respeto, abre la puerta a lo demás. La violencia de género es reprobable, en todas sus manifestaciones y además a quienes la usan hay que calificarles, además de….., de cobardes. Hasta nosotros llega la del hombre con la mujer. Pero también se da la contraria, aunque por machismo de esa nos enteramos menos.
Cabe comparar a la mujer con la iglesia cristiana, dicho con todo el respeto, quizás por que las que mandaron en los orígenes eran las Santas Mujeres. Sea por lo que sea, la iglesia que es madre y maestra, se ha adaptado camaleonicamente al paso de los tiempos. Lo mismo que sucede con las mujeres que han tenido de habilidad de evolucionar adaptándose perfectamente a las necesidades que planteaban las edades de nuestra historia, desde el Paleolítico, hasta nuestros días.
Unas veces a “las claras”, otras de forma velada, son las dueñas de nuestras vidas., Precisamente acordándose de esa gran verdad, Chatobriand, el ministro de Napoleón Bonaparte y el mas cínico de la historia de la humanidad, acuño la frase de: “detrás de un hecho importante de un hombre, busca a una mujer”.
Por eso la historia nos ha proporcionado Santas, valientes, científicas, escritoras, pintoras, escultoras. Etc. De igual modo, han sabido estar a la sombra del hombre, detrás pinchando o aconsejando, reprobando; para pasar mas tarde a la acción directa y exigir sus derechos, empezando por el voto y terminando con la igualdad total que es en lo que están ahora.
Ayer celebraron su día: “El de la mujer trabajadora”, un honor que nadie les puede negar desde la edad de piedra hasta hoy.
Pero hay que hacerles justicia y dejar claro que son unas autenticas artistas, en el más difícil de los artes el de VIVIR
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