También Conocidos por su genérico de “Los Pelotas”, durante mucho tiempo protagonistas de chistes e inclusive de algún que otro libro.
Los menos jóvenes del país recordaran una revista de humor, muy importante durante la posguerra que ayudo a los españoles a olvidar con su originalidad y gracia, el hambre, las cartillas del racionamiento, el estraperlo y demás despojos que quedaron al finalizar la contienda pero que sufrieron los habitantes de éste país que entonces se llamaba España. La mencionada revista se titulaba: “La Codorniz” y se subtitulaba como: “La revista más sagaz, para el lector más inteligente”.
Al bípedo de la especie de “Los Pelotas” dedicaba varias páginas, y los tenía perfectamente documentados y estructurados en clases y numerados, porque no todos son iguales tal cual se explicaba en el contenido del trabajo. Hay pelotas plebeyos, también los que se forman al calor de la ex clase media y luego en varios estratos aparecen los de la elite.
“Los aplaudidores”, son una “especie” evolucionada de “Los pelotas” de la que tras una metamorfosis corta, como la de las libélulas, se lanzan al vuelo en torno de los poderosos revoloteando a su alrededor, para aplaudir en el momento oportuno, lisonjear, y cantar las virtudes del “jefe” del que son parásitos, gratamente aceptados por cierto por parte de quien recibe sus aplausos y parabienes.
Esta especie escindida de “Los Pelotas” y desgraciadamente mejorada en su perversión y que constituye un autentico peligro para la sociedad en la que merodea, se diferencia de la rama original, en que no “aplauden” por gusto o simpatía hacia el patrón. Solo le sirven a cambio de prebendas y favores de todo tipo. Algunos lo hacen para que en su entorno profesional o familiar quede constancia que son de la elite del poderoso. Aunque en la mayoría de los casos la relación es causa- efecto, es decir existen vínculos ocultos que los unen. Hay intereses casi siempre económicos, siempre ocultos que les obligan a permanecer revoloteando entorno “al cabeza de cartel”; tienen que mantener el circulo cerrado de poder, para que las “ventajas” obtenidas por unos y otros continúen y además no se descubran sus maniobras y cacicadas. Que nadie pueda romper el circulo.
Se trata de personajes a todas luces reprobables: envidiosos, muchas veces vagos, casi siempre incapaces, o excesivamente vivos, pésimos conciudadanos, aprovechados, chupópteros, estafadores, de dudosa credibilidad, de peores antecedentes personales y comerciales, algunos ricachos ansiosos de mas y mas dinero, los “arrimistas” o nuevos ricos, pobres piojos resucitados, que con malas artes han hecho un capitalito, estafando , dejando de pagar a la gente y otras “virtudes parecidas” entra las que no se excluye el robo, pero que viéndose junto al poderoso piensan que están mas seguros para seguir con sus “hazañas” y que se oculten sus fechorías.
Estos elementos malignos, desgajados como se ha dicho del grupo “simpático” de “Los Pelotas”, prolifera y crece de manera desmedida y ya son una autentica plaga que se ha propalado a causa de la nueva casta, “los nuevos señores”, los políticos que lamentablemente forman la “corte selecta” en Las Españas y acogen bajo su tutela a “Los Aplaudidores” a los que utilizan como arietes y chivatos, hombres de paja, de corre ve y diles y para que les regodeen los oídos.
De todos éstos Líbrame Señor. ¿Lo recuerdan?. Pateta y sus chicos los tienen en una lista especial. ¿Será por algo?. ¡Por algo será!.
Los menos jóvenes del país recordaran una revista de humor, muy importante durante la posguerra que ayudo a los españoles a olvidar con su originalidad y gracia, el hambre, las cartillas del racionamiento, el estraperlo y demás despojos que quedaron al finalizar la contienda pero que sufrieron los habitantes de éste país que entonces se llamaba España. La mencionada revista se titulaba: “La Codorniz” y se subtitulaba como: “La revista más sagaz, para el lector más inteligente”.
Al bípedo de la especie de “Los Pelotas” dedicaba varias páginas, y los tenía perfectamente documentados y estructurados en clases y numerados, porque no todos son iguales tal cual se explicaba en el contenido del trabajo. Hay pelotas plebeyos, también los que se forman al calor de la ex clase media y luego en varios estratos aparecen los de la elite.
“Los aplaudidores”, son una “especie” evolucionada de “Los pelotas” de la que tras una metamorfosis corta, como la de las libélulas, se lanzan al vuelo en torno de los poderosos revoloteando a su alrededor, para aplaudir en el momento oportuno, lisonjear, y cantar las virtudes del “jefe” del que son parásitos, gratamente aceptados por cierto por parte de quien recibe sus aplausos y parabienes.
Esta especie escindida de “Los Pelotas” y desgraciadamente mejorada en su perversión y que constituye un autentico peligro para la sociedad en la que merodea, se diferencia de la rama original, en que no “aplauden” por gusto o simpatía hacia el patrón. Solo le sirven a cambio de prebendas y favores de todo tipo. Algunos lo hacen para que en su entorno profesional o familiar quede constancia que son de la elite del poderoso. Aunque en la mayoría de los casos la relación es causa- efecto, es decir existen vínculos ocultos que los unen. Hay intereses casi siempre económicos, siempre ocultos que les obligan a permanecer revoloteando entorno “al cabeza de cartel”; tienen que mantener el circulo cerrado de poder, para que las “ventajas” obtenidas por unos y otros continúen y además no se descubran sus maniobras y cacicadas. Que nadie pueda romper el circulo.
Se trata de personajes a todas luces reprobables: envidiosos, muchas veces vagos, casi siempre incapaces, o excesivamente vivos, pésimos conciudadanos, aprovechados, chupópteros, estafadores, de dudosa credibilidad, de peores antecedentes personales y comerciales, algunos ricachos ansiosos de mas y mas dinero, los “arrimistas” o nuevos ricos, pobres piojos resucitados, que con malas artes han hecho un capitalito, estafando , dejando de pagar a la gente y otras “virtudes parecidas” entra las que no se excluye el robo, pero que viéndose junto al poderoso piensan que están mas seguros para seguir con sus “hazañas” y que se oculten sus fechorías.
Estos elementos malignos, desgajados como se ha dicho del grupo “simpático” de “Los Pelotas”, prolifera y crece de manera desmedida y ya son una autentica plaga que se ha propalado a causa de la nueva casta, “los nuevos señores”, los políticos que lamentablemente forman la “corte selecta” en Las Españas y acogen bajo su tutela a “Los Aplaudidores” a los que utilizan como arietes y chivatos, hombres de paja, de corre ve y diles y para que les regodeen los oídos.
De todos éstos Líbrame Señor. ¿Lo recuerdan?. Pateta y sus chicos los tienen en una lista especial. ¿Será por algo?. ¡Por algo será!.
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