El fallecimiento en Valencia de Florencio Lozano, ha puesto de manifiesto, otra vez mas, lo injusta que es la sociedad con sus gentes y lo que ha cambiado éste oficio de ser “notarios de la actualidad”, como nos califican algunos a los profesionales de la información.
En la necrológica que escribí, deje claro que el desaparecido había sido un gran trabajador de los medios de comunicación, con mas de 30 años ininterrumpidos del ejercicio de la profesión, en dos medios: Radio Valencia y TVE en su Centro Regional, y en la radio había hecho de todo y en la tele presentado el informativo regional Aitana, muchos años. En ese menester de presentador de informativos coincidimos en el plato, codo a codo, al igual que dando noticias de alcance, en el telediario nacional.
Les estoy hablando de una etapa del medio televisivo, en el que tan solo había una televisión TVE, con dos cadenas. Ahora la televisión pública, dispone de más cadenas con la aparición del TDT, han pasado de las dos tradicionales hasta cinco en la actualidad.
Años de ser súper popular, como se dice ahora. No existía competencia, sencillamente porque las televisiones Autonómicas no habían aparecido y las privadas tampoco, las municipales, de los amígueles y las de los compromisos, no estaban ni en el pensamiento de los “generosos” que las han repartido y permitido sin control . Por lógica el desaparecido era conocidísimo por todos los televidentes. Por lo que no se podrá nunca argumentar que se trataba de un personaje desconocido.
Es cierto que mientras estas en antena, cuando apareces en pantalla todos los días, la gente te saluda aunque no te conozca de nada, les perteneces, eres como uno más en su familia. Eres como Belén Esteban, sin niña. Sin torero y sin…… “ma..to”.
Luego, cuando te vas o te echan, en cuatro días, esas mismas personas que te paraban para pedirte un autógrafo, las que volvían la cabeza al pasar por tu lado o te señalaban con la mano en el autobús, el tren o el aeropuerto, pasan por tu lado sin tan siquiera mirarte, y los que te deben favores, cruzan la acera para evitar saludarte.
En el periodismo y entre los periodistas ha sido tradicional el compañerismo, lo que a dado pié a que nos hayan acusado muchas veces de corporativismo, de defender a los profesionales y la profesión, aunque fuera en contra corriente.
Eso que termino de mencionar ERA, ahora ya no es igual, ni existe esa solidaridad. La nueva generación de profesionales esta demasiado ocupada en escalar y llegar a números uno, sin mirar cual es el precio. Porque con la epidemia de intrusismo que sufren, no hacen absolutamente nada por evitarla. ¡Poderoso caballero es Don dinero y el Jefe que lo reparte!. Por lo tanto no me debería de extrañar, lo que motiva el comentario y es que he leído todos los periódicos digitales que se publican en la Capital del Turia, y en ninguno de ellos, un personaje de la crónica social, términos del siglo XXI, ha merecido, una sola línea de recuerdo del buen profesional del siglo XX.
Ello me lleva hacerme cinco preguntas: ¿Tanto ha cambiado la sociedad para olvidar para siempre a una de las personas que admiró?. ¿Cómo son ahora los profesionales que son incapaces de escribir cinco líneas recordando a un gran compañero muerto?. ¿Han desaparecido las columnas de sucesos y las necrológicas y no nos hemos enterado?. ¿Qué “tipos” dirigen los medios de comunicación?. ¿Cómo es la humanidad del siglo XXI?.
Que me perdonen los coetáneos, con todo respeto prefiero a los paisanos del siglo precedente. Había más calor, eso que se llamaba más humanidad.
En la necrológica que escribí, deje claro que el desaparecido había sido un gran trabajador de los medios de comunicación, con mas de 30 años ininterrumpidos del ejercicio de la profesión, en dos medios: Radio Valencia y TVE en su Centro Regional, y en la radio había hecho de todo y en la tele presentado el informativo regional Aitana, muchos años. En ese menester de presentador de informativos coincidimos en el plato, codo a codo, al igual que dando noticias de alcance, en el telediario nacional.
Les estoy hablando de una etapa del medio televisivo, en el que tan solo había una televisión TVE, con dos cadenas. Ahora la televisión pública, dispone de más cadenas con la aparición del TDT, han pasado de las dos tradicionales hasta cinco en la actualidad.
Años de ser súper popular, como se dice ahora. No existía competencia, sencillamente porque las televisiones Autonómicas no habían aparecido y las privadas tampoco, las municipales, de los amígueles y las de los compromisos, no estaban ni en el pensamiento de los “generosos” que las han repartido y permitido sin control . Por lógica el desaparecido era conocidísimo por todos los televidentes. Por lo que no se podrá nunca argumentar que se trataba de un personaje desconocido.
Es cierto que mientras estas en antena, cuando apareces en pantalla todos los días, la gente te saluda aunque no te conozca de nada, les perteneces, eres como uno más en su familia. Eres como Belén Esteban, sin niña. Sin torero y sin…… “ma..to”.
Luego, cuando te vas o te echan, en cuatro días, esas mismas personas que te paraban para pedirte un autógrafo, las que volvían la cabeza al pasar por tu lado o te señalaban con la mano en el autobús, el tren o el aeropuerto, pasan por tu lado sin tan siquiera mirarte, y los que te deben favores, cruzan la acera para evitar saludarte.
En el periodismo y entre los periodistas ha sido tradicional el compañerismo, lo que a dado pié a que nos hayan acusado muchas veces de corporativismo, de defender a los profesionales y la profesión, aunque fuera en contra corriente.
Eso que termino de mencionar ERA, ahora ya no es igual, ni existe esa solidaridad. La nueva generación de profesionales esta demasiado ocupada en escalar y llegar a números uno, sin mirar cual es el precio. Porque con la epidemia de intrusismo que sufren, no hacen absolutamente nada por evitarla. ¡Poderoso caballero es Don dinero y el Jefe que lo reparte!. Por lo tanto no me debería de extrañar, lo que motiva el comentario y es que he leído todos los periódicos digitales que se publican en la Capital del Turia, y en ninguno de ellos, un personaje de la crónica social, términos del siglo XXI, ha merecido, una sola línea de recuerdo del buen profesional del siglo XX.
Ello me lleva hacerme cinco preguntas: ¿Tanto ha cambiado la sociedad para olvidar para siempre a una de las personas que admiró?. ¿Cómo son ahora los profesionales que son incapaces de escribir cinco líneas recordando a un gran compañero muerto?. ¿Han desaparecido las columnas de sucesos y las necrológicas y no nos hemos enterado?. ¿Qué “tipos” dirigen los medios de comunicación?. ¿Cómo es la humanidad del siglo XXI?.
Que me perdonen los coetáneos, con todo respeto prefiero a los paisanos del siglo precedente. Había más calor, eso que se llamaba más humanidad.
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