La verdad es que no sabría como catalogarlo. Hay quienes tienen un gran sentido del ridículo y otros que carecen totalmente de él, e inclusive existe un tercer grupo que se lo pasa olímpicamente por la entrepierna. Los últimos están acostumbradísimos a “hacer” podio en todas las olimpiadas. Son los que mejor viven, sin carencias se está en la gloría.
Por desgracia los antiguos, tenemos un amplísimo sentido de la responsabilidad y por eliminación de otros elementos importantes en la formación del ser humano, por ejemplo el sentido del ridículo. No soy de las personas que va por ahí dando “la nota” y mucho menos haciéndose notar por su formación o presencia esperpéntica. Diría que soy todo lo discreto que dentro de mi mundo, el del periodismo y la literatura puedo ser. Con toda modestia recordare que aparecer en los libros escritos por otros, “imprime carácter” y está sujeto a que le acontezcan cosas como la que me ha sucedido está misma mañana en El Corte Ingles. Cuando he ido a retirar el ticket pasa sacar el coche, el encargado de la sección, me ha pedido un autógrafo, que por cierto hacía bastante tiempo que no me lo solicitaban, y les ha recordado a sus compañeras quien era y en los programas que aparecía en la tele. Le he felicitado por su memoria. Quede claro que no me gusta dar “tres cuartos al pregonero”.
Reconozco que existen individuos a los que les encanta “dar el cante”, llamar la atención es su religión, sin la que no pueden vivir. A semejante especie, no le importa en absoluto hacer el ridículo, siempre y cuando consiga su meta. Las piezas mas valiosas de esa fauna están la clase política, y dentro de ella destacan los que con tal de mantenerse atornillados al sillón, pasan por todos los ridículos de la creación juntos. Es por ejemplo el caso del “alma en pena” del Ministro de Asuntos Exteriores que tenemos la desgracia de padecer; los mejor intencionados, aseguran que sus seguidas meteduras de “pata” y su mal hacer, son consecuencia de su incapacidad: “¿¡Si no da para más, que va hacer!?. Se preguntan y afirman, a la vez. Los peor intencionados, ya no se molestan ni en atacarle, sencillamente le han sacado el mote de “D Penas”.
Un país que tiene un Ministro que debe ser la cara del mismo en el exterior y que es “D Penas”. ¿Como tiene que funcionar. Que se puede esperar de su diplomacia?.
Nuestro descrédito internacional es tan grande que hasta un advenedizo, como el ex sindicalista y actual Ministro del Oso Chávez, se permite descalificarnos públicamente, sin que exista una reacción, por lo menos de dignidad por parte del Gobierno del “risas”.
El mencionado individuo, se permite acusar de fascista a un juez español y “el alma en pena” de Moratinos, sin enterarse.
Claro que eso se explica si se tiene en cuenta que el Presidente, defiende en público al juez estrella Garzón; lo que para muchos significa un aviso a los jueces del Consejo del Poder Judicial que le son afines.
Aviso para navegantes: “Ya sabéis lo que tenis que votar”.
Y pasa de mencionar o defender al otro juez, que si ha hecho bien su trabajo, y está siendo vilipendiando por los dirigentes de otro país.
En su época de vicepresidente del gobierno, el socialista Alfonso Guerra, “mato” con todo descaro a Montesquieu. Rodríguez, tiene bastante con darle el tiro de gracia.
Y el Barsa empatando con el Almería.
¿Hay que ver, eh?……. ¡Hay que ver!.
Por desgracia los antiguos, tenemos un amplísimo sentido de la responsabilidad y por eliminación de otros elementos importantes en la formación del ser humano, por ejemplo el sentido del ridículo. No soy de las personas que va por ahí dando “la nota” y mucho menos haciéndose notar por su formación o presencia esperpéntica. Diría que soy todo lo discreto que dentro de mi mundo, el del periodismo y la literatura puedo ser. Con toda modestia recordare que aparecer en los libros escritos por otros, “imprime carácter” y está sujeto a que le acontezcan cosas como la que me ha sucedido está misma mañana en El Corte Ingles. Cuando he ido a retirar el ticket pasa sacar el coche, el encargado de la sección, me ha pedido un autógrafo, que por cierto hacía bastante tiempo que no me lo solicitaban, y les ha recordado a sus compañeras quien era y en los programas que aparecía en la tele. Le he felicitado por su memoria. Quede claro que no me gusta dar “tres cuartos al pregonero”.
Reconozco que existen individuos a los que les encanta “dar el cante”, llamar la atención es su religión, sin la que no pueden vivir. A semejante especie, no le importa en absoluto hacer el ridículo, siempre y cuando consiga su meta. Las piezas mas valiosas de esa fauna están la clase política, y dentro de ella destacan los que con tal de mantenerse atornillados al sillón, pasan por todos los ridículos de la creación juntos. Es por ejemplo el caso del “alma en pena” del Ministro de Asuntos Exteriores que tenemos la desgracia de padecer; los mejor intencionados, aseguran que sus seguidas meteduras de “pata” y su mal hacer, son consecuencia de su incapacidad: “¿¡Si no da para más, que va hacer!?. Se preguntan y afirman, a la vez. Los peor intencionados, ya no se molestan ni en atacarle, sencillamente le han sacado el mote de “D Penas”.
Un país que tiene un Ministro que debe ser la cara del mismo en el exterior y que es “D Penas”. ¿Como tiene que funcionar. Que se puede esperar de su diplomacia?.
Nuestro descrédito internacional es tan grande que hasta un advenedizo, como el ex sindicalista y actual Ministro del Oso Chávez, se permite descalificarnos públicamente, sin que exista una reacción, por lo menos de dignidad por parte del Gobierno del “risas”.
El mencionado individuo, se permite acusar de fascista a un juez español y “el alma en pena” de Moratinos, sin enterarse.
Claro que eso se explica si se tiene en cuenta que el Presidente, defiende en público al juez estrella Garzón; lo que para muchos significa un aviso a los jueces del Consejo del Poder Judicial que le son afines.
Aviso para navegantes: “Ya sabéis lo que tenis que votar”.
Y pasa de mencionar o defender al otro juez, que si ha hecho bien su trabajo, y está siendo vilipendiando por los dirigentes de otro país.
En su época de vicepresidente del gobierno, el socialista Alfonso Guerra, “mato” con todo descaro a Montesquieu. Rodríguez, tiene bastante con darle el tiro de gracia.
Y el Barsa empatando con el Almería.
¿Hay que ver, eh?……. ¡Hay que ver!.
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