El proceso de los acontecimientos feriales, aun en época de crisis, es el mismo. Termina uno y se enlaza con el siguiente.
Este año, el de la maldita crisis, todos temían por la feria, y ella ha podido con todo, ha pasado por encima de todas las fatalidades y ha terminado siendo un rotundo éxito. Quiere decir que ciertas muestras profesionales pueden con las adversidades, por dos motivos fundamentales, los expositores necesitan estar presentes en el mercado, recordando a sus clientes que ellos están ahí, luchando contra viento y marea. Y el otro concepto importante es que las ferias especializadas son el escaparate de las novedades que se producen y el lazo de unión de producto y consumo. Uno necesita al otro con la misma imperiosidad con que el otro depende del uno, es la pescadilla que se muerde la cola, contra todo lo malo, brilla y sobresale lo bueno, ya que una cosa es evidente, el mundo de la oferta y la demanda permanece siempre, y si no lo creen pongan en marcha la moviola y remóntense a la etapa de mayor dificultad de mercado, a la depresión del 29, por ejemplo. Se paso mal, pero el mercado pudo con todo; vayamos a la del 73, y nos encontraremos con tres cuartos de los mismo y así podemos estar dando saltos entre las catástrofes económicas de la humanidad, y veremos como al final, de todas ellas se sale, con mas o menos heridas, con muchas o pocas cicatrices, depende de la suerte de cada uno y de la preparación que tuvieran para protegerse de la gran hecatombe. Unos capean el temporal, otras naves se hunden y otras nuevas se botan en los astilleros para remplazar a las que están en el fondo de los océanos de las políticas de mercado.
EXPOCITFRESA, ha demostrado que es un gran galeón y que es una buena nave capaz de cruzar todos los mares, las peores tempestades. Felicidades a todos.
Pero no termina ahí, la rotación, recuerden el dicho: “el rey ha muerto, Viva el rey”, o el otro: “ a rey muerto, rey puesto”. Nada termina, como decía Galileo: “el mundo es redondo y dadme una palanca y moveré el mundo”.
EXPOCITFRESA, se ha ido hasta el año que viene y llega el CABALLO Y SUS COMPLEMENTOS.
Pasamos de una feria totalmente profesional, a una de luz y color, de farolillos, de estilo y pura raza, de creatividad y belleza, de música y danza, de alegría, de gastronomía y copitas, de señorío y tronío. Todo eso se junta en una amplia amalgama de felicidad y encanto entre los trajes de faralaes, los sombreros cordobeses, las botas camparas, los arreos, los cabezales para las bestias, las sillas de montar, los sajones, las peinetas, los piquillos, y los pendientes de aro. Las mil y una flores de colores para el pelo, para que la mujer esté mas guapa si cabe. ¿Hay quien de más?.
Con manzanilla, carrillera y las mejores tapas, nos encontraremos en el Palacio Ferial de Cartaya, dentro de unos días, con los desfiles de trajes de gitana y bailando sevillanas.
¡Quieto caballo bonito. Arre que nos vamos!.
Este año, el de la maldita crisis, todos temían por la feria, y ella ha podido con todo, ha pasado por encima de todas las fatalidades y ha terminado siendo un rotundo éxito. Quiere decir que ciertas muestras profesionales pueden con las adversidades, por dos motivos fundamentales, los expositores necesitan estar presentes en el mercado, recordando a sus clientes que ellos están ahí, luchando contra viento y marea. Y el otro concepto importante es que las ferias especializadas son el escaparate de las novedades que se producen y el lazo de unión de producto y consumo. Uno necesita al otro con la misma imperiosidad con que el otro depende del uno, es la pescadilla que se muerde la cola, contra todo lo malo, brilla y sobresale lo bueno, ya que una cosa es evidente, el mundo de la oferta y la demanda permanece siempre, y si no lo creen pongan en marcha la moviola y remóntense a la etapa de mayor dificultad de mercado, a la depresión del 29, por ejemplo. Se paso mal, pero el mercado pudo con todo; vayamos a la del 73, y nos encontraremos con tres cuartos de los mismo y así podemos estar dando saltos entre las catástrofes económicas de la humanidad, y veremos como al final, de todas ellas se sale, con mas o menos heridas, con muchas o pocas cicatrices, depende de la suerte de cada uno y de la preparación que tuvieran para protegerse de la gran hecatombe. Unos capean el temporal, otras naves se hunden y otras nuevas se botan en los astilleros para remplazar a las que están en el fondo de los océanos de las políticas de mercado.
EXPOCITFRESA, ha demostrado que es un gran galeón y que es una buena nave capaz de cruzar todos los mares, las peores tempestades. Felicidades a todos.
Pero no termina ahí, la rotación, recuerden el dicho: “el rey ha muerto, Viva el rey”, o el otro: “ a rey muerto, rey puesto”. Nada termina, como decía Galileo: “el mundo es redondo y dadme una palanca y moveré el mundo”.
EXPOCITFRESA, se ha ido hasta el año que viene y llega el CABALLO Y SUS COMPLEMENTOS.
Pasamos de una feria totalmente profesional, a una de luz y color, de farolillos, de estilo y pura raza, de creatividad y belleza, de música y danza, de alegría, de gastronomía y copitas, de señorío y tronío. Todo eso se junta en una amplia amalgama de felicidad y encanto entre los trajes de faralaes, los sombreros cordobeses, las botas camparas, los arreos, los cabezales para las bestias, las sillas de montar, los sajones, las peinetas, los piquillos, y los pendientes de aro. Las mil y una flores de colores para el pelo, para que la mujer esté mas guapa si cabe. ¿Hay quien de más?.
Con manzanilla, carrillera y las mejores tapas, nos encontraremos en el Palacio Ferial de Cartaya, dentro de unos días, con los desfiles de trajes de gitana y bailando sevillanas.
¡Quieto caballo bonito. Arre que nos vamos!.
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