Es peor el remedio que la enfermedad
La deportación de padres indocumentados con hijos estadounidenses más que una solución es una medida que empeora la situación de los inmigrantes en Estados Unidos. Es una ley contraproducente que además, castiga a inocentes.Con la expulsión de uno o los dos padres, los niños quedan desamparados. Su estabilidad emocional y económica se derrumba, a pesar de tener el apoyo de familiares, amigos o del estado
Para Nora Sándigo, directora ejecutiva de American Fraternity, es una ley inhumana. "Todos estos niños tenían una casa, una familia, un futuro prometedor. Sus proveedores siempre fueron sus padres. Lo que esta pasando ahora es que los están dejando desprovistos de todo y por primera vez están empezando a ser carga pública. Esto es lo que esta logrando el gobierno en su tan equivocada política migratoria."La Sra. Sándigo representa a unos 600 niños, hijos de papás expulsados, que presentaron una demanda contra el gobierno para suspender las deportaciones de padres indocumentados hasta que se apruebe la reforma migratoria. Según La Alianza Nacional de la raza hay cerca de 5 millones de niños cuyos padres han sido deportados, o se encuentran en la cárcel esperando la definición de su proceso, o viven diariamente con el temor a una deportación.
Melisa, madre de Jeffrey y Steven, fue deportada a Honduras hace más de un año. Sus dos pequeños hijos quedaron bajo el amparo de su mamá Silvia en la cuidad de Miami. Ellos al igual que el resto de los niños sufren las consecuencias de estas medidas migratorias que a pesar de la expulsión, no logran arrancar las raíces que los padres dejan en este país.
Silvia y su nieto Steven
Silvia, abuela de los niños, teme que su hija regrese a pesar de los riesgos de cruzar la frontera mexicana. "Sí no hay reunificación familiar ella se va a volver a venir. Si a ella le pasa algo, cómo van a quedar estos niños, a quien vamos a culpar a inmigración por no haber escuchado a esta muchacha clamar por sus hijos. Porque esa niña desde que se fue se quiere volver a venir." Entre tanto, Jeffrey y Steven como el resto de los niños siguen jugando en un laberinto. Ambos, como ciudadanos estadounidenses pueden crecer en el país de las oportunidades, pero sin el calor de su mamá o estar junto a ella pero condenados a vivir en medio de la pobreza, carentes de una buena educación y de un futuro prometedor.
Publicado por Martha I. en cronicas de la migra
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