Desde el restablecimiento de la democracia, la semana anterior es la de peores tragos, por lo menos que yo recuerde, para el equipo de gobierno central.
Miren que el Duque, en su tiempo las paso moradas, por culpa de las envidias de los suyos del afán protagonista de algunos de sus barones.
González, tuvo también sus momentos difíciles de tragar saliva, a cuenta de las Filesa, Matesa y la madre que la parió.
Bueno, pues ésta semanita anterior, habría hecho exclamar a la Reina Isabel II, su famoso Horibilis, pero elevado a grado superlativo.
Durante el mandato de González y en un intento de maquillar lo que pasaba, le buscaban un gafe de entre sus colaboradores. Durante la primera legislatura de Rodríguez, el gafado según el dicho popular era él mismo. Llevábamos un tiempo que nadie se acordaba del gafistico, hasta que no se ha cumplido la semana más difícil, hasta ahora de las que ha tenido que pasar ZP, y ¡vaya semana!.
D José Luis, se ha olvidado hace bastante tiempo de su guitarra, se ha puesto, a toda prisa, el casco de bombero; le están borrando de la cara su eterna sonrisa, unas veces de satisfacción, otras cínica y muchísimas de suficiencia.
Visto, lo presenciado, sus rezos con Obama, le han servido de poco, porque menudo jaleo se ha encontrado a la vuelta. El gallinero revuelto, los gallos peleándose y los pollitos poniéndose de acuerdo en contra del jefe, las gallinas se habían lanzado todas al campo, y los dueños (el pueblo soberano) del corral, dispuestos a comenzar con una buena limpieza.
En principio, y eso es lo que maravilla del “risas” es que sin prometer nada y con un simple gesto, a logrado que el río que se había salido del cauce, vuelva a correr entre los límites, aunque la verdad crecidísimo y amenazando el desbordamiento.
El del paro de los aviones, ha dicho: “tenemos que adecuar ya nuestro mercado laboral al del resto de los países europeos”.
Debe ser porque querrá tirar a la calle a otro montón de trabajadores y que no le cueste un duro. ¿Qué mas le da, si no paga a nadie?.
La tricobradora de sueldo, la Pajín, esa pobrecita que además de tener tres estipendios oficiales (y según dicen solo se podría cobrar uno), mama y papa, también están en “el tajo” público. Se ha descolgado con el gran sueño de su partido que es el del gobierno: “No veo el fin del idilio del Partido Socialista con los sindicatos por ninguna parte”.
Otos dos que se han descolgado defendiendo la política económica de ZP, son dos pobres de pedir que tampoco llegan a final de mes: el Presidente de la Caixa y el de Telefónica. ¿No necesitan comentarios, verdad?.
Siguiendo con su necesario trabajo de bombero, Rodríguez, ha activado todas las alarmas, si es que le quedaba alguna por encender y ha convocado para el martes a diputados, senadores y europarlamentarios, hasta los chiquitos de los recados, para sellar una nueva estrategia que le permita recuperar algo de la credibilidad perdida.
Fácil, fácil, lo que se dice fácil, no lo van a tener. Aunque no son creyentes, por lo que dicen, se van a aprender lo que es a hacer el vía crucis, de la humildad y aun así, si no hay hechos, lo tienen peor que mal. Otra vez repetiremos la socorrida frase de ¿ya veremos, que es lo que pasa?.
Personalmente, no me creo nada.
Miren que el Duque, en su tiempo las paso moradas, por culpa de las envidias de los suyos del afán protagonista de algunos de sus barones.
González, tuvo también sus momentos difíciles de tragar saliva, a cuenta de las Filesa, Matesa y la madre que la parió.
Bueno, pues ésta semanita anterior, habría hecho exclamar a la Reina Isabel II, su famoso Horibilis, pero elevado a grado superlativo.
Durante el mandato de González y en un intento de maquillar lo que pasaba, le buscaban un gafe de entre sus colaboradores. Durante la primera legislatura de Rodríguez, el gafado según el dicho popular era él mismo. Llevábamos un tiempo que nadie se acordaba del gafistico, hasta que no se ha cumplido la semana más difícil, hasta ahora de las que ha tenido que pasar ZP, y ¡vaya semana!.
D José Luis, se ha olvidado hace bastante tiempo de su guitarra, se ha puesto, a toda prisa, el casco de bombero; le están borrando de la cara su eterna sonrisa, unas veces de satisfacción, otras cínica y muchísimas de suficiencia.
Visto, lo presenciado, sus rezos con Obama, le han servido de poco, porque menudo jaleo se ha encontrado a la vuelta. El gallinero revuelto, los gallos peleándose y los pollitos poniéndose de acuerdo en contra del jefe, las gallinas se habían lanzado todas al campo, y los dueños (el pueblo soberano) del corral, dispuestos a comenzar con una buena limpieza.
En principio, y eso es lo que maravilla del “risas” es que sin prometer nada y con un simple gesto, a logrado que el río que se había salido del cauce, vuelva a correr entre los límites, aunque la verdad crecidísimo y amenazando el desbordamiento.
El del paro de los aviones, ha dicho: “tenemos que adecuar ya nuestro mercado laboral al del resto de los países europeos”.
Debe ser porque querrá tirar a la calle a otro montón de trabajadores y que no le cueste un duro. ¿Qué mas le da, si no paga a nadie?.
La tricobradora de sueldo, la Pajín, esa pobrecita que además de tener tres estipendios oficiales (y según dicen solo se podría cobrar uno), mama y papa, también están en “el tajo” público. Se ha descolgado con el gran sueño de su partido que es el del gobierno: “No veo el fin del idilio del Partido Socialista con los sindicatos por ninguna parte”.
Otos dos que se han descolgado defendiendo la política económica de ZP, son dos pobres de pedir que tampoco llegan a final de mes: el Presidente de la Caixa y el de Telefónica. ¿No necesitan comentarios, verdad?.
Siguiendo con su necesario trabajo de bombero, Rodríguez, ha activado todas las alarmas, si es que le quedaba alguna por encender y ha convocado para el martes a diputados, senadores y europarlamentarios, hasta los chiquitos de los recados, para sellar una nueva estrategia que le permita recuperar algo de la credibilidad perdida.
Fácil, fácil, lo que se dice fácil, no lo van a tener. Aunque no son creyentes, por lo que dicen, se van a aprender lo que es a hacer el vía crucis, de la humildad y aun así, si no hay hechos, lo tienen peor que mal. Otra vez repetiremos la socorrida frase de ¿ya veremos, que es lo que pasa?.
Personalmente, no me creo nada.
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