Casi todos hemos usado alguna vez, la practica del “enchufe”, su necesidad ha variado de acuerdo con la evolución que hace la sociedad en la que vivimos.
Peores tiempos, y mas difíciles, mas imprescindible se hace recurrir a la recomendación. Cuanto mayor sea el grado de corrupción en las capas oficiales, no es que se necesaria, es que sin influencias no se consigue absolutamente nada.
Cuando existe una bonanza en la convivencia de las gentes, el “enchufismo” continua pero de una forma más sutil, menos directo.
Con la democracia, no tendría razón de ser, ya lo ven sería un condicional, si de verdad hubiera democracia querría decir que existía la igualdad de oportunidades para todos, por lo que no cabría tener que recurrir a las amistades para solucionar un problema judicial; un tema en las oficinas públicas de cualquiera de los estamentos tanto nacionales, como autonómicos, provinciales y municipales o locales. ¿Se han percatado la cantidad de burocracia que existe en éste país antes llamado España?.
Por definición a mayor centralismo, dureza del gobierno, democracia vigilada, caciquismo o dictadura, en sus nuevas modalidades (de los hermanos Castro en Cuba; el bolibarismo de Chávez, en Venezuela; el seudo comunismo de Nicaragua; y las copias de otros estados americanos entre los que destaca por su desfachatez el de Evo Morales.
Obliga a tener que recurrir al amiguismo, si es que se quieren resolver los mil y un problemas que esos regimenes presentan, porque a su sobra las instituciones fundamentales de los diferentes departamentos que manejan el país, toman, al principio un tufo dictatorial, que con el tiempo evoluciona hasta llegar a la corrupción. Llegados aquí, nos encontramos en el “territorio” de la maldición de la gitana: “¡Pleitos tengas y los ganes….!”.
La propia frase que es una verdad incontestable, lo dice todo. Para ganar un pleito necesitas tener mucha fortuna y que el que tiene que juzgar, en éste difícil momento, en el que Montesquieu, está muerto y enterrado y los de las puñetas se mueven de acuerdo con sus presiones políticas, porque todos, absolutamente todos las tienen. Los fallos de Sus Señorías, pertenecen al departamento de mi amiga la bruja, por si ella es capaz de aventurar cual puede ser la sentencia. Hablamos de presiones políticas, es una forma más de enchufismo.
Lo mismo que estamos diciendo de la justicia lo podríamos traspolar a cualquier otra relación, en la que haya alguien que manda y otros que obedecen.
Si necesita un trabajo, es bueno que lleve una recomendación de alguien y cuando mas arriba llegue mas fácil le resultara.
Lo que sucede es que se han cambiado los personajes con poder. Ahora los nuevos dueños los políticos son los que tienen la manija de todo y la amistad de toda la vida se ha cambiado por el carnet del partido.
En cualquiera de los lugares, puestos de trabajo oficiales, públicos y privados funciona la recomendación y el enchufismo, la vía directa para lo que se necesite es el carnet, con él en el bolsillo las cosas se vuelven asequibles.
Tener un puesto mas o menos brillante, mejor o peor recompensado dependerá después de la consideración que tenga dentro del partido, y ya para los trabajos mejores, los de asesor, tiene que aportar un mérito más, su amistad con la cúpula del partido, esas canonjías se conceden a dedo.
Antes se pedía al D. José, de turno una recomendación; “D. José,¿se acuerda usted de mi……?.
Actualmente se le pregunta al compañero Secretario o Presidente del partido: “¿Qué hay de lo mío…?
Han cambiado los modos pero no las formas y mucho menos las necesidades que siguen siendo las mismas desde D. Pelayo, hasta nuestro días.
Tener que comer todos los días, es un vicio de pésimo gusto.
Disponer de un lugar en el que cobijarse, vestirse y calzarse, es un abuso.
Contar con un medio de trasporte propio, una degeneración.Mientras tanto Rajoy y Rodríguez, si llegan sin problemas a final de mes
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