PELIGROSA SEGUNDA JUVENTUD

Circunstancialmente nos juntamos en un barecito cercano, éste pasado fin de semana, tres porcelanas del siglo pasado, no de la dinastía MIG que hubiesen tenido mucho más valor, en una supuesta subasta, pero ha pesar de ser “modernas” con una apariencia inmejorable; para ser justos y no mentir alguna que otra tableta cae por las mañanas, pero también las veinte añeras se enguapecen con cremas y nadie las señala.
Unos 203 años al peso, que no está nada mal y sobre los 300 kilos en canal, que tampoco desentonan. Todos, los tres cortadores del cupón, de los que el Ministro de turno quisiera que se los hubiera llevado o “el diablo o la parca”, que le daba lo mismo, lo importante era restar tres sueldos del paquete de la Inseguridad Social.
Con tal de hacerle la “pelota” a ZP, los del 15% menos en su sueldo de Ministro, que no de mil eurista, son capaces de cualquier cosa.
Lo malo para el mal intencionado, es que por lo menos esas tres “joyas” del siglo XX, tienen una mala salud de hierro; un sentido del humor por encima de los decretos ley; unas risas que no se las quitan ni la congelación de las pensiones; un apetito excelente que acompañan con sus gustos de buenos gourmets y por descontado que no hay médico capaz de prohibirles sus buenos vinos en las comidas; sus cervecitas en los aperitivos y sus gintonics, cubatas y cavas, cuando toca.
Fabricados con materiales de la guerra y siguientes; de esos que no los parte un rayo, y por lo tanto menos un Ministrito de los gobiernos del XXI, por mucho que se empecinen.
Profesiones varias: un ex bancario, de bastante alto copete; un pintor (el artista); y un comunicador. Resumiendo tres carreras universitarias, coeficientes mentales buenacitos y luces todas.
Con la primera ronda de cervezas, comenzamos a “corta trajes”, por su puesto que a medida, y no como los de Camps, que son de “tienda de al por mayor”.
En la segunda ronda salió a la palestra ZP y a partir de ahí no se salvo, ni Rajoy, ni el resto de empleados públicos, porque ellos no se quieren enterar que si son políticos, sindicalistas y asociados y cobran de las arcas del estado, son servidores del pueblo soberano. En el sueldo esta incluida la critica y algo mas, de mejor o peor gusto, depende del número de cervezas consumidas, del estado de animo de los reunidos y de lo “quemados” que están por culpa de tan nefasto personal. Nosotros estábamos “calentitos”, los últimos “detalles” del gobierno con los ciudadanos no invitan, precisamente a una convivencia relajada.
No gusta que te engañen; molesta que crean que eres “tonto del culo” (con perdón); te repatea el hígado que además pretendan tomarte como un “menor de edad”. Lo ultimo por doble motivo: uno, porque el “gilipuertas” pretencioso, puede ser nuestro hijo (Dios me libre, es pura metáfora); y dos, porque por el “repetidor” se ha pasado tres pueblos.
De todo lo “despanzurrado”, lo que a los jovencitos de mas de 60, reunidos nos fastidia, es el baile de la “cumbia” que se marcan los politiqueros diciendo blanco y a la siguiente vuelta negro. No es que escatimemos el derroche de neuronas para “pescarlos” en el renuncio, porque son tan torpes que lo ponen facilito. Lo degradable es dedicarles un minuto a esa mesnada de tan pocas luces. Porque si las tuvieran no hubieran cometido los errores que nos han llevado a la actual situación de ruina casi total.
El trío de joyas del siglo anterior, tras las maldiciones y risas pertinentes, decidieron quitarse el mal sabor de boca con una suculenta comida regada con buenos vinos de la ribera del Duero, para terminar con unas copas de balón con hielo y whisky, acompañando al café reglamentario; fumar ya hace tiempo que no fumamos y no porque lo haya impuesto la Ministra, si no porque no nos da la gana.
Desecha la reunión de mutuo acuerdo y después de deleitarnos con los penúltimos chistes léperos, nos fuimos cada uno a su casa a dormir la ¿siesta o la mona? , que tanto da.