Ésta página, nació para dar respuesta a una serie de buenos amigos que aseguran que se lo pasan bien con las cosas que escribo. Del “cuadrito” no hablo, aunque no desentonaría, entre lo que sale hoy; con toda modestia ¡garantizado!. Los nuevos, no me han enseñado nada.

Dije en su momento que no sabía si su interés estaba basado en el deseo, o en la caridad. A todos gusta que nos alaben, y a las seguidores de los productores de aucas, continuadores de los trovadores medievales y remontándonos antes a los mala milk de los bufones, muchísimo más. Si quiere que un comunicador le guarde eterna simpatía, cuando se lo cruce, dígale: “muy bueno lo tuyo”, se pondrá mas “lindo” que un pavo real en plena exhibición. Usted posiblemente no sepa el porqué; él, a lo peor tampoco, pero en su fuero interno ha sentido un “gustirrinin” muy especial. Ese día se sentirá el dueño del corral (la redacción).
La segunda causa, es la caridad. Quizás pensaron:”vamos a darle un poco de jabón a éste que ya está mayor”. Tratándose de compañeros de estudios, de oficio y artistas, es más que probable. Tan lejos como que ésta misma mañana, me lo recordaba, con rin, tin,tin, Teresa, de mi Editorial.

Mi sorpresa ha sido descubrir que son más de los que pensaba. “El contador, no engaña”. Y que antiguos amigos de otros países, se han acordado del compañero Toni, e inclusive, muchos nuevos profesionales han sentido curiosidad, por ver como lo hacían (dicho con toda humildad), las vacas sagradas del periodismo del siglo pasado.
La verdad es que con mis articulitos de vez en cuando iba matando la afición. Ahora me debo preocupar con que el Blog, tenga vida. Así que entre la página y escribir libros, ¡estoy ocupadísimo!.
Para que la página sea mas viva y resulte mucho más apetecible para el lector, les incluiré trabajos de otros compañeros que hablan y trabajan en nuestro idioma desde diferentes partes del mundo. Me gustaría que el blog fuera un pequeño referente para dejar claro que somos más de 400 millones de castellano parlantes.

A unos, a otros y a los de más allá, muchas gracias. Confío en no defraudaros.

sábado, 15 de mayo de 2010

MAMÁS 10


Vivimos en un mundo convulso en el que solo paramos "mirando" a nuestro alrededor y seleccionamos lo que vemos depreciando el dolor y la valentia de los demás. Por ello he considerado que este trabajo puede interesarles y mucho. Nada se pide, solo se señala y eso entiendo que es bueno.

MAMAS 10
QUE TIENEN DE ESPECIALES LAS MADRES DE NIÑOS ESPECIALES
Para los miembros de CHISMES DE LA HISTORIA

Bibiana Bechis


En primer lugar, tienen un poder de reacción que es envidiable. Todas han debido superar el trance del diagnóstico y sacar fuerzas de flaqueza. Pensemos que, después de recibir la noticia, nada es igual, ya no es igual ni el sol ni la lluvia, ni son iguales los bebés ni las mamás...todo cambia, “es el antes y el después del diagnóstico”. Ante este cambio, el ancla es la madre, es la que reacciona, devuelve la serenidad, tranquiliza, es la que busca la información, es la que aprende, es la que enseña.
De golpe y porrazo su rol de madre se ha visto complicado y ella nunca había considerado siquiera esa posibilidad. Esa madre, dispuesta a ser simplemente madre, ha debido aprender a cumplir tantos roles:... médico, enfermera, terapeuta, maestra; al tiempo que cumple su papel de madre.
Debe soportar que se desdibuje su protagonismo y que a veces prive lo que no es pertinente al proyecto originario; debe aceptar de buen grado la intromisión de una persona “de afuera”' que le enseña cómo relacionarse con su hijo, que le indique todo... desde cómo darle de comer, cómo hablarle, cómo cantarle, y además debe acudir animosa al examen semanal en el que deberá rendir cuentas de lo hecho.
Las madres especiales, ven a su hijo “especial” a través de un cristal de tinte distinto...: lo aman, lo miman, lo protegen, lo cuidan y lo evalúan constantemente.
Quizás sólo lo miren como hijo cuando esté dormido y cuando no tengan, por precisión, que ver si saca la lengua, o se sienta con las piernas abiertas, o se le desvía un ojo.
Las madres especiales también se ven presionadas por el entorno, se sienten siempre en situación de examinadas; van por la calle escudriñando la expresión de los caminantes, van a la guardería atemorizadas por un posible informe negativo de la maestra, van de compras pretendiendo que su hijo sea un modelo de cualidades porque sienten que eso se lo exige la sociedad; van, temerosas, ante las docentes y terapeutas a preguntar el por qué de una metodología o de un objetivo cuando, si fuese un niño común, directamente cuestionarían el tema y lo llevarían ante una reunión de padres de clase. Pero allí son las únicas, están solas y no se animan a plantear un tema como ése a los demás...
Los otros miran los logros de sus hijos con asombro y se lo hacen saber en forma de “'elogio simpático”' y ellas siguen sufriendo en soledad porque les marcan las diferencias y no las similitudes.
No falta quien, ante “el niño especial” en una fiesta infantil, pregunten si toma Coca Cola y hay que tener mucha presencia de ánimo para responder: '”si hay, si. Si no, jugo por favor”... Cuando va a buscar al niño, no faltará la abuela que le comente: “ si viera lo bien que jugó y cómo se reía con el payaso” y haciendo de tripas corazón y asentirá con una sonrisa...
Las madres especiales tienen el privilegio de conocer momentos de profunda felicidad y satisfacción que las madres comunes, a veces, no saben apreciar. Cada logro, cada progreso serán motivo de una alegría sin par y les darán fuerzas para seguir adelante, poniendo una canción en su corazón que perdurará en los momentos de desaliento.
Las madres especiales trabajan y reeducan a tiempo completo. No lo deberían hacer, pero es tal el ansia de ver felices a sus hijos, de alcanzar las metas deseadas, que no cejan y siempre incorporan lo pedagógico en las circunstancias más informales.
Cuando discuten una alternativa de tratamiento y plantean que no están conformes con la misma, deberán soportar que algunos las miren con suficiencia como planteando que: “aún no han asumido la realidad del diagnóstico” y ellas tendrán que retirarse, sumisas, salvo algunas que son las que “rompieron las cadenas”, sabiendo en su fuero íntimo que tienen razón por tener aspiraciones para sus hijos y debiendo conformarse con lo que “graciosamente les conceden”, desde el seno de la sociedad.
Las madres especiales se sienten madres de ciudadanos de segunda, y mucha gente espera de ellas que agradezcan cualquier concesión y a veces, si no han recibido la ayuda oportuna, caminan por la vida como pidiendo disculpas por lo ocurrido Y ROGANDO QUE LA LEY SE CUMPLA.
Soportando también la ignorancia de la sociedad en todos los ámbitos.
Lo terrible es que ÉSTAS MADRES tienen días de más veinticuatro horas frente al resto. Durante su apretada jornada deberán atender a todo lo estrictamente imprescindible a su rol, también a lo terapéutico como a lo cotidiano. Por si esto fuera poco, deberán sobreponerse a los obstáculos, superar los prejuicios, continuar dándose aunque estén enfermas, enseñar con el ejemplo, y tener una paciencia de santas.

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