La frase hecha, se usaba en España, cuando era un país unido, para dejar constancia de que siempre son los desfavorecidos los que corren con la peor suerte.
La procedencia hasta la incorporación en el refranero, no está clara, los eruditos del lenguaje tampoco terminan de ponerse de acuerdo. Unos dicen que procede de las poblaciones que en sus fiestas tradicionales tenían la costumbre de echar un pato, al agua, bien en el río, o en el mar, (para disfrute de los mozos del lugar y que se peleaban, dentro del agua por su posesión, que luego cocinaban y comían en pandilla) según se trataran de poblaciones del interior o costeras. En ese caso los que pagan la pieza son los festeros, “ a escote” o el Ayuntamiento.
Los defensores de ésta teoría acuñan la paternidad de otra frase, la conocida de “al agua patos”, que se usa para decir que han caído en error conscientemente un grupo de personas, o que bastante personal se ha precipitado a una piscina, al mar o al río, o quizás a un lago o laguna. También para afirmar que un grupo hace un mismo trabajo o diversión, puestos previamente de acuerdo o de manera casual. E inclusive satíricamente, ha sufrido un accidente no necesariamente grave.
La otra, a la que personalmente doy más crédito, es la que dice que después de las tiradas a las aves acuáticas, en las poblaciones próximas al lago de la Albufera, existe la costumbre de reunirse las cuadrillas de amigos cazadores y comerse una paella de pato, en una de las casetas que existen por los canales del lago y el que costea o paga el pato (la paella) es según los hábitos de cada pueblo, o el que más piezas a cobrado, o el que menos a cazado en la temporada.
Conocida la procedencia, se llega a la conclusión del retorcimiento de la mente que de una anécdota prácticamente sin importancia e inicialmente festiva, se ha llevado para que defina una situación delicada, o dramática.
Seamos prácticos y llevémosla a la mas rabiosa actualidad, ¿les parece bien la crisis?.
¡Mas al día imposible!. La situación mundial está cobrándose continuamente victimas y entre los países de mayor debilidad en su estructura económica, que no los más pobres – que sería lo más lógico, aunque no lo más justo- sino en los que están peor gobernados. Esos son los casos de algunos países europeos y los latinoamericanos, éstos últimos y en su inmensa mayoría dotados de unos recursos naturales que si estuvieran bien explotados y racionalizados, nadarían en la abundancia. El país, y no como ocurre actualmente que los que están “forrados” son sus dirigentes políticos. Considero innecesario pasar lista a todos ellos, porque permanecen en nuestras mentes.
Lo que en términos bélicos se llaman daños “colaterales”, ¿Quién los padece?. Sencillamente la población trabajadora y en el presente lo está pasando peor que mal, fatal.
Las causas también las conocemos, y no es importante volverlas a enumerar. Pero los desgobiernos; la mala gestión y la incapacidad, son las premisas fundamentales que hacen que no se termine de salir del hoyo, a esto habrá que sumarle la mala voluntad de algunos que todavía se aprovechan más con situaciones como la que estamos viviendo.
Los ricos, siguen siendo ricos y al final de las crisis son más que cuando empezaron. Mientras que los pobres son más pobres y encima son los que deben pagar “los platos rotos” de unos y otros.
En la vieja Europa, ya sabemos que la tarjeta roja, se la han sacado a los griegos. ¡Hay que ajustar el déficit y pagar la deuda!, sentencian los sabios del dinero. ¿A precio de que?........
Juzgen ustedes mismos, si para ello a los millones de parados que hay, se tienen que añadir, los que provocaran las medidas del ajuste, miles de funcionarios a la calle, y es la reacción en cadena, aquella de la que hablaba D Ernest y casi nadie entendía, mas parados, menos consumo, menos consumo, mas cierre de fabricas, mas cierre de factorías, mas mano de obra a la calle y vuelta a empezar, eso dicho sin alharacas y sin entrar en detalles.
Pero los que mantienen el país, los trabajadores, han de costear la subida de impuestos y la del resto de precios, tanto de las primeras materias como de la cesta de la compra, la vivienda y el vestido. ¿Quién lo puede soportar, si la situación actual que era ya mala es la que ha desembocado en el caos y con dificultad llegaban a final de mes? .
En el país de las Autonosuyas, estamos con tarjeta “amarilla” y con el árbitro, la Merkel, mirando severamente.
Ya nos han dicho que el 10% de las familias españolas tienen a todos sus miembros en el paro, y cabe preguntar ¿Cuántas de ellas cobran alguna subvención y cuantas no?. Eso no lo sabemos, el dato más grave es el que facilita Caritas que dice sentirse desbordada.
La procedencia hasta la incorporación en el refranero, no está clara, los eruditos del lenguaje tampoco terminan de ponerse de acuerdo. Unos dicen que procede de las poblaciones que en sus fiestas tradicionales tenían la costumbre de echar un pato, al agua, bien en el río, o en el mar, (para disfrute de los mozos del lugar y que se peleaban, dentro del agua por su posesión, que luego cocinaban y comían en pandilla) según se trataran de poblaciones del interior o costeras. En ese caso los que pagan la pieza son los festeros, “ a escote” o el Ayuntamiento.
Los defensores de ésta teoría acuñan la paternidad de otra frase, la conocida de “al agua patos”, que se usa para decir que han caído en error conscientemente un grupo de personas, o que bastante personal se ha precipitado a una piscina, al mar o al río, o quizás a un lago o laguna. También para afirmar que un grupo hace un mismo trabajo o diversión, puestos previamente de acuerdo o de manera casual. E inclusive satíricamente, ha sufrido un accidente no necesariamente grave.
La otra, a la que personalmente doy más crédito, es la que dice que después de las tiradas a las aves acuáticas, en las poblaciones próximas al lago de la Albufera, existe la costumbre de reunirse las cuadrillas de amigos cazadores y comerse una paella de pato, en una de las casetas que existen por los canales del lago y el que costea o paga el pato (la paella) es según los hábitos de cada pueblo, o el que más piezas a cobrado, o el que menos a cazado en la temporada.
Conocida la procedencia, se llega a la conclusión del retorcimiento de la mente que de una anécdota prácticamente sin importancia e inicialmente festiva, se ha llevado para que defina una situación delicada, o dramática.
Seamos prácticos y llevémosla a la mas rabiosa actualidad, ¿les parece bien la crisis?.
¡Mas al día imposible!. La situación mundial está cobrándose continuamente victimas y entre los países de mayor debilidad en su estructura económica, que no los más pobres – que sería lo más lógico, aunque no lo más justo- sino en los que están peor gobernados. Esos son los casos de algunos países europeos y los latinoamericanos, éstos últimos y en su inmensa mayoría dotados de unos recursos naturales que si estuvieran bien explotados y racionalizados, nadarían en la abundancia. El país, y no como ocurre actualmente que los que están “forrados” son sus dirigentes políticos. Considero innecesario pasar lista a todos ellos, porque permanecen en nuestras mentes.
Lo que en términos bélicos se llaman daños “colaterales”, ¿Quién los padece?. Sencillamente la población trabajadora y en el presente lo está pasando peor que mal, fatal.
Las causas también las conocemos, y no es importante volverlas a enumerar. Pero los desgobiernos; la mala gestión y la incapacidad, son las premisas fundamentales que hacen que no se termine de salir del hoyo, a esto habrá que sumarle la mala voluntad de algunos que todavía se aprovechan más con situaciones como la que estamos viviendo.
Los ricos, siguen siendo ricos y al final de las crisis son más que cuando empezaron. Mientras que los pobres son más pobres y encima son los que deben pagar “los platos rotos” de unos y otros.
En la vieja Europa, ya sabemos que la tarjeta roja, se la han sacado a los griegos. ¡Hay que ajustar el déficit y pagar la deuda!, sentencian los sabios del dinero. ¿A precio de que?........
Juzgen ustedes mismos, si para ello a los millones de parados que hay, se tienen que añadir, los que provocaran las medidas del ajuste, miles de funcionarios a la calle, y es la reacción en cadena, aquella de la que hablaba D Ernest y casi nadie entendía, mas parados, menos consumo, menos consumo, mas cierre de fabricas, mas cierre de factorías, mas mano de obra a la calle y vuelta a empezar, eso dicho sin alharacas y sin entrar en detalles.
Pero los que mantienen el país, los trabajadores, han de costear la subida de impuestos y la del resto de precios, tanto de las primeras materias como de la cesta de la compra, la vivienda y el vestido. ¿Quién lo puede soportar, si la situación actual que era ya mala es la que ha desembocado en el caos y con dificultad llegaban a final de mes? .
En el país de las Autonosuyas, estamos con tarjeta “amarilla” y con el árbitro, la Merkel, mirando severamente.
Ya nos han dicho que el 10% de las familias españolas tienen a todos sus miembros en el paro, y cabe preguntar ¿Cuántas de ellas cobran alguna subvención y cuantas no?. Eso no lo sabemos, el dato más grave es el que facilita Caritas que dice sentirse desbordada.
Ojo señores agnósticos, ateos, musulmanes y como diría el clásico: “y demás gente de mal vivir”. Caritas, es una organización no gubernamental y que paga, repito La Iglesia Católica, es decir se costea con las limosnas o sufragios de los creyentes y que cuando el necesitado llega a sus locales en solicitud de ayuda no le preguntan si es o no Cristiano; los del lío del pañuelo también acuden, en lugar de pedir en sus lujosas, nuevas y ricas mezquitas, en las que se fomenta por parte de la mayoría de los imanes, la confrontación con los indígenas. Uno de ellos en un ataque de sinceridad que le honra, decía que estaban politizadas en exceso. Los españoles, nuevos o viejos, están aquí. Viven aquí y tienen sus costumbres ancestrales más antiguas que las suyas, el Islam es más moderno. Los han aceptado y lo único que les piden es que se adapten a su forma de vida para que no sean un geto.
Se de personas de origen y ascendencia española que han tenido que hacer las maletas y con lagrimas en los ojos regresar, gracias a la ayuda de los amigos o familiares a los países de procedencia, en los que las están pasando “canutas” porque tampoco encuentran trabajo.
Puedo dar hasta nombres, y no de una sola nacionalidad. Una amiga me decía hace unas horas lo mal que lo estaba pasando, concretamente en Argentina, y no se crean que se trata de una cualquiera, es titulada superior y con dos carreras, ella misma se preguntaba. ¿Qué va ha ser de mi y mis hijos pequeños?. ¿No se les rompe el corazón?. Ahí tienen a una, de los millones que están PAGANDO EL PATO.
Se de personas de origen y ascendencia española que han tenido que hacer las maletas y con lagrimas en los ojos regresar, gracias a la ayuda de los amigos o familiares a los países de procedencia, en los que las están pasando “canutas” porque tampoco encuentran trabajo.
Puedo dar hasta nombres, y no de una sola nacionalidad. Una amiga me decía hace unas horas lo mal que lo estaba pasando, concretamente en Argentina, y no se crean que se trata de una cualquiera, es titulada superior y con dos carreras, ella misma se preguntaba. ¿Qué va ha ser de mi y mis hijos pequeños?. ¿No se les rompe el corazón?. Ahí tienen a una, de los millones que están PAGANDO EL PATO.
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