Los negocios son buenos, malos, regulares y excepcionalmente: buenísimos, malísimos o como en éste caso pésimos.
Un Club de Futbol, no puede pertenecer a una entidad financiera, como ocurre con Bancaja y menos que sus máximos directivos sean empleados de la propia sociedad, como sucede en éste momento con el equipo del murciélago.
El negocio de una Caja, es ganar dinero aunque en sus estatutos diga que es una entidad sin “animo de lucro” y que su meta es “un bien social”. Ambos cosas se dicen y se escriben, pero ninguna de las dos es verdad. Por lo tanto, estando como está “cogida” por los créditos concedidos, su pretensión es recuperar el dinero invertido, en el mínimo tiempo posible, y eso lo tendrían que entender los abonados y los socios del Club de la Avenida de Suecia, como se llamaba antes.
La Caja de Ahorros de Valencia, es la dueña del Club, porque no hay nadie que se haga cargo de la deuda millonaria que arrastra la Sociedad Anónima Deportiva, desde el nefasto mandato de Bautista Soler, hijo.
Me contaron que cuando mi amigo Paco Roig, accionista mayoritario, en su día, vendió a Juan Bautista Soler, padre, el paquete de acciones, respiro; porque como se conoce aunque era el dueño, por una “chuleria” presentó la dimisión de Presidente y aunque en las sucesivas Directivas, ponía sus hombres, estos terminaban por traicionarle. Y era el dueño, “nominal” que menos pintaba de todos los Consejos de Administración del mundo de los negocios conocido.
De esa etapa está relacionado el actual Presidente con el Club, precisamente, hablan que fue Paco el que lo colocó en la Sociedad.
En éste momento, hay tres altos ejecutivos del Club, con nómina y de las buenas, el Consejero Delegado, el Director Deportivo y el mencionado Presidente. Por supuesto que a las ordenes del dueño, repito Bancaja. Y `pregunto: ¿Qué intereses defienden éstos señores…?.
No hay que ser un lince, ni estar titulado en economía, ni tan siquiera saber algo de empresariales para asegurar que velan por los intereses del dueño, no de la Sociedad, es de absoluto cajón. El que manda es el que paga y ellos están en esos puestos de ejecutivos colocados por la entidad financiera. Considero innecesario, para no aburrirles, repasar, los “sobresaltos que se han vivido”, con distintos presidentes y candidatos hasta llegar al estatus actual.
Los peores momentos vividos por el Club, son del mandato del mencionado Bautista Soler, con una gestión económica muy mala y una deportiva, todavía peor con cambios de entrenador continuos y lo mismo en la Dirección Deportiva, todo acompañado de una política de fichajes que parecía estaba aconsejada por los enemigos. Más desaciertos seguidos “imposible de mejorar”.
El Club, de ser una Sociedad con superávit, cayo en poquísimo espacio de tiempo en una de las mas endeudadas del país. Para colmo de males y mal aconsejados, se empecinaron en construir un nuevo estadio, que no hacia ninguna falta, porque lo han querido sacar de “un subcentro urbano”, la Avda de Blasco Ibáñez, para colocarlo en otra encrucijada de calles, en la salida a Ademuz. No trasladarlo con visión de futuro, a un parque abierto con amplias zonas verdes y de aparcamiento y con un buen hotel en el mismo, como habría sido lo inteligente y deseable, tal cual se ha hecho con otras parecidas, en otros lugares del mundo.
La utopia, porque está a medias de construcción y ya veremos cuando lo terminan y como –esa es otra-, dicen que será un moderno estadio, con toda clase de servicios, pero metido entre calles, con una fisonomía urbanística parecida a la del actual, solo que mucho mas lejos del centro de la Ciudad que el viejo Mestalla. En términos coloquiales: “para ese burro, no hacían falta alforjas”.
Los preclaros directivos estaban seguros que con la venta, consensuada con el Municipio de los terrenos del antiguo campo, había dinero suficiente para pagar el nuevo estadio y dejar saneada la economía del Club, es más aseguraban que con el marketing, directo e indirecto del nuevo Mestalla, el Valencia, sería un Club “rico”. Desgraciadamente, llego la crisis y mi “sueño en un pozo” y las previsiones se volvieron “el cuento de la lechera” y en éste momento “deben hasta de callar”.
Los terrenos valorados en tropocientos millones, no los quiere nadie y ya veremos cuando los pueden vender y a que precios, desde luego, muy por debajo que como los valoraron los optimistas del equipo de Soler.
A más y más, como dicen los primos del norte; entre los muchos problemas que tiene el Club está, el pleito perdido, en el TSJV, con los adjudicatarios del hotel y parking, anexos al viejo Mestalla.
Se habla que pudieran costarle “la cacicada”, 18 millones de euros, porque en su día se pudo negociar un acuerdo por entre tres y seis millones y en un ataque de vanidad, se prefirió acudir a los tribunales que han sentenciado en contra. Cabe el recurso en el Tribunal Supremo de la Nación, pero los letrados del Valencia deberían saber que el máximo Tribunal, rara vez rectifica un fallo de un Tribunal Superior de una Comunidad Autonómica, y que además es de sentido común. Si se entrara en contradicción ¿para que están los máximos órganos judiciales autonómicos?. Por lo que rectificar el fallo es casi seguro que no se produzca, al contrario que cueste más dinero al perdedor.
Me alegro por los dueños del Hotel y Parking “neonatos”, porque son amigos, lo mismo que lo lamento por el Club, que pudo arreglarlo, cuando se encabezono en no permitir la obra, pensando en “el mana” que no ha llegado, ni vendrá.
Llorente, en sus distintas etapas en el club y ocupando distintos cargos directivos, sabe bastante de todo ello.
El Club necesita tesorería, y los únicos activos de los que dispone además de los futuros solares, hoy campo de juego, que no quiere nadie, son los jugadores de la plantilla.
En ella hay tres perlas y media, todos los “chiconius”: Villa, Silva, Mata a los que se ha unido, como posible objeto de deseo de otros clubes Banega.
El Banco, la Caja, en éste caso quiere dinero, porque tampoco para ellos las cosas marchan sobradas. Urgirá a sus empleados a que vendan, sin reparar en el más allá, ni si la medida se les puede volver en su contra y darles un trancazo, en la cabeza cuando el boomerang regrese. Las entidades financieras, son fabricantes de dinero y no saben de más, al contrario se ha demostrado que son las peores gestoras empresariales que existen. Normalmente sus empresas son un caos.
La ruina de la crisis contagia a los directivos y hacen un negocio ruinoso vendiendo a Villa.
Ya sabemos que Villa, ha sido vendido al Barcelona, por 40 millones de euros ¿es buena operación?. ¡¡¡Es una venta calamitosa y a bajo precio!!!. Así de claro. Muy por debajo del que debería ser su precio de mercado, viendo su rendimiento, número de partidos jugados y goles marcados.
El Valencia con esa enajenación, no solo pierde veintitantos goles por temporada, que éste año lo han colocado en la Champions y tercero en la general de la liga de las estrellas. Es que dejando al margen lo deportivo ha hecho una pésima venta.
El año anterior el mismo Barcelona estaba dispuesto a apagar 45 millones e inclusive hacer alguna cesión de jugadores, si se hubiese negociado con talento, habría sido el dinero y algún jugador, no bajo cesión sino en propiedad. Luego de momento y comparando ya han fallado en la venta que han hecho por debajo de su precio de mercado.
Pero había otros equipos dispuestos a pujar, inclusive desde Inglaterra decían que Fergusson estaba dispuesto a pagar 52 millones de euros por el jugador; como verán se ha cerrado el trato con demasiada rapidez, para su venta. Y hay que preguntar: ¿Por qué tanta prisa…?.....¿Hay algo que no sepamos y que motiva esa mala operación…?. Si el mismo Barcelona pagó la temporada pasada 65 millones por el sueco…¿es que Villa el mejor 9 del futbol español vale menos que Ibrahimovic?. Comparen la efectividad de uno y otro.
Las cosas no casan y lo lamento, pero aquí “¡hay gato encerrado!”. No pueden ser tan torpes para hacer esa pésima operación financiera, o es que hay algo mas….¿por supuesto huele a dinero de otra manera?.
Es muy difícil de saber; los sobres y los maletines, dicen que haberlos ahilos como las meigas, pero pocos o nadie, mas que los interesados los ha visto. Lo que no van a poder evitar es que existan las sospechas y pasen como pésimos negociantes y peores defensores de los intereses del Club, por el que cobran suculentos sueldos.
Otro que hará historia en el Valencia de manera negativa el actual Presidente Manuel Llorente. La venta de Villa, y que sea solo esa….pesara mientras viva sobre su cabeza, como la espada de Damocles, máxime habiéndolo casi regalado por lo ya argumentado. Si se les hubiese preguntado a los aficionados y seguidores, todos sin excepción habrían dicho que si tenían que venderlo a un club extranjero, y de los españoles, de no existir otra posibilidad, a cualquiera menos al Barcelona.
Un Club de Futbol, no puede pertenecer a una entidad financiera, como ocurre con Bancaja y menos que sus máximos directivos sean empleados de la propia sociedad, como sucede en éste momento con el equipo del murciélago.
El negocio de una Caja, es ganar dinero aunque en sus estatutos diga que es una entidad sin “animo de lucro” y que su meta es “un bien social”. Ambos cosas se dicen y se escriben, pero ninguna de las dos es verdad. Por lo tanto, estando como está “cogida” por los créditos concedidos, su pretensión es recuperar el dinero invertido, en el mínimo tiempo posible, y eso lo tendrían que entender los abonados y los socios del Club de la Avenida de Suecia, como se llamaba antes.
La Caja de Ahorros de Valencia, es la dueña del Club, porque no hay nadie que se haga cargo de la deuda millonaria que arrastra la Sociedad Anónima Deportiva, desde el nefasto mandato de Bautista Soler, hijo.
Me contaron que cuando mi amigo Paco Roig, accionista mayoritario, en su día, vendió a Juan Bautista Soler, padre, el paquete de acciones, respiro; porque como se conoce aunque era el dueño, por una “chuleria” presentó la dimisión de Presidente y aunque en las sucesivas Directivas, ponía sus hombres, estos terminaban por traicionarle. Y era el dueño, “nominal” que menos pintaba de todos los Consejos de Administración del mundo de los negocios conocido.
De esa etapa está relacionado el actual Presidente con el Club, precisamente, hablan que fue Paco el que lo colocó en la Sociedad.
En éste momento, hay tres altos ejecutivos del Club, con nómina y de las buenas, el Consejero Delegado, el Director Deportivo y el mencionado Presidente. Por supuesto que a las ordenes del dueño, repito Bancaja. Y `pregunto: ¿Qué intereses defienden éstos señores…?.
No hay que ser un lince, ni estar titulado en economía, ni tan siquiera saber algo de empresariales para asegurar que velan por los intereses del dueño, no de la Sociedad, es de absoluto cajón. El que manda es el que paga y ellos están en esos puestos de ejecutivos colocados por la entidad financiera. Considero innecesario, para no aburrirles, repasar, los “sobresaltos que se han vivido”, con distintos presidentes y candidatos hasta llegar al estatus actual.
Los peores momentos vividos por el Club, son del mandato del mencionado Bautista Soler, con una gestión económica muy mala y una deportiva, todavía peor con cambios de entrenador continuos y lo mismo en la Dirección Deportiva, todo acompañado de una política de fichajes que parecía estaba aconsejada por los enemigos. Más desaciertos seguidos “imposible de mejorar”.
El Club, de ser una Sociedad con superávit, cayo en poquísimo espacio de tiempo en una de las mas endeudadas del país. Para colmo de males y mal aconsejados, se empecinaron en construir un nuevo estadio, que no hacia ninguna falta, porque lo han querido sacar de “un subcentro urbano”, la Avda de Blasco Ibáñez, para colocarlo en otra encrucijada de calles, en la salida a Ademuz. No trasladarlo con visión de futuro, a un parque abierto con amplias zonas verdes y de aparcamiento y con un buen hotel en el mismo, como habría sido lo inteligente y deseable, tal cual se ha hecho con otras parecidas, en otros lugares del mundo.
La utopia, porque está a medias de construcción y ya veremos cuando lo terminan y como –esa es otra-, dicen que será un moderno estadio, con toda clase de servicios, pero metido entre calles, con una fisonomía urbanística parecida a la del actual, solo que mucho mas lejos del centro de la Ciudad que el viejo Mestalla. En términos coloquiales: “para ese burro, no hacían falta alforjas”.
Los preclaros directivos estaban seguros que con la venta, consensuada con el Municipio de los terrenos del antiguo campo, había dinero suficiente para pagar el nuevo estadio y dejar saneada la economía del Club, es más aseguraban que con el marketing, directo e indirecto del nuevo Mestalla, el Valencia, sería un Club “rico”. Desgraciadamente, llego la crisis y mi “sueño en un pozo” y las previsiones se volvieron “el cuento de la lechera” y en éste momento “deben hasta de callar”.
Los terrenos valorados en tropocientos millones, no los quiere nadie y ya veremos cuando los pueden vender y a que precios, desde luego, muy por debajo que como los valoraron los optimistas del equipo de Soler.
A más y más, como dicen los primos del norte; entre los muchos problemas que tiene el Club está, el pleito perdido, en el TSJV, con los adjudicatarios del hotel y parking, anexos al viejo Mestalla.
Se habla que pudieran costarle “la cacicada”, 18 millones de euros, porque en su día se pudo negociar un acuerdo por entre tres y seis millones y en un ataque de vanidad, se prefirió acudir a los tribunales que han sentenciado en contra. Cabe el recurso en el Tribunal Supremo de la Nación, pero los letrados del Valencia deberían saber que el máximo Tribunal, rara vez rectifica un fallo de un Tribunal Superior de una Comunidad Autonómica, y que además es de sentido común. Si se entrara en contradicción ¿para que están los máximos órganos judiciales autonómicos?. Por lo que rectificar el fallo es casi seguro que no se produzca, al contrario que cueste más dinero al perdedor.
Me alegro por los dueños del Hotel y Parking “neonatos”, porque son amigos, lo mismo que lo lamento por el Club, que pudo arreglarlo, cuando se encabezono en no permitir la obra, pensando en “el mana” que no ha llegado, ni vendrá.
Llorente, en sus distintas etapas en el club y ocupando distintos cargos directivos, sabe bastante de todo ello.
El Club necesita tesorería, y los únicos activos de los que dispone además de los futuros solares, hoy campo de juego, que no quiere nadie, son los jugadores de la plantilla.
En ella hay tres perlas y media, todos los “chiconius”: Villa, Silva, Mata a los que se ha unido, como posible objeto de deseo de otros clubes Banega.
El Banco, la Caja, en éste caso quiere dinero, porque tampoco para ellos las cosas marchan sobradas. Urgirá a sus empleados a que vendan, sin reparar en el más allá, ni si la medida se les puede volver en su contra y darles un trancazo, en la cabeza cuando el boomerang regrese. Las entidades financieras, son fabricantes de dinero y no saben de más, al contrario se ha demostrado que son las peores gestoras empresariales que existen. Normalmente sus empresas son un caos.
La ruina de la crisis contagia a los directivos y hacen un negocio ruinoso vendiendo a Villa.
Ya sabemos que Villa, ha sido vendido al Barcelona, por 40 millones de euros ¿es buena operación?. ¡¡¡Es una venta calamitosa y a bajo precio!!!. Así de claro. Muy por debajo del que debería ser su precio de mercado, viendo su rendimiento, número de partidos jugados y goles marcados.
El Valencia con esa enajenación, no solo pierde veintitantos goles por temporada, que éste año lo han colocado en la Champions y tercero en la general de la liga de las estrellas. Es que dejando al margen lo deportivo ha hecho una pésima venta.
El año anterior el mismo Barcelona estaba dispuesto a apagar 45 millones e inclusive hacer alguna cesión de jugadores, si se hubiese negociado con talento, habría sido el dinero y algún jugador, no bajo cesión sino en propiedad. Luego de momento y comparando ya han fallado en la venta que han hecho por debajo de su precio de mercado.
Pero había otros equipos dispuestos a pujar, inclusive desde Inglaterra decían que Fergusson estaba dispuesto a pagar 52 millones de euros por el jugador; como verán se ha cerrado el trato con demasiada rapidez, para su venta. Y hay que preguntar: ¿Por qué tanta prisa…?.....¿Hay algo que no sepamos y que motiva esa mala operación…?. Si el mismo Barcelona pagó la temporada pasada 65 millones por el sueco…¿es que Villa el mejor 9 del futbol español vale menos que Ibrahimovic?. Comparen la efectividad de uno y otro.
Las cosas no casan y lo lamento, pero aquí “¡hay gato encerrado!”. No pueden ser tan torpes para hacer esa pésima operación financiera, o es que hay algo mas….¿por supuesto huele a dinero de otra manera?.
Es muy difícil de saber; los sobres y los maletines, dicen que haberlos ahilos como las meigas, pero pocos o nadie, mas que los interesados los ha visto. Lo que no van a poder evitar es que existan las sospechas y pasen como pésimos negociantes y peores defensores de los intereses del Club, por el que cobran suculentos sueldos.
Otro que hará historia en el Valencia de manera negativa el actual Presidente Manuel Llorente. La venta de Villa, y que sea solo esa….pesara mientras viva sobre su cabeza, como la espada de Damocles, máxime habiéndolo casi regalado por lo ya argumentado. Si se les hubiese preguntado a los aficionados y seguidores, todos sin excepción habrían dicho que si tenían que venderlo a un club extranjero, y de los españoles, de no existir otra posibilidad, a cualquiera menos al Barcelona.
Lo que sucede es que para los mandones del fútbol, la afición pinta poco, por no asegurar que nada.
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