Les prometo que escribir como voy hacerlo, me produce desazón, tanta como si generaciones de mis antepasados, todo ellos, españoles de distintos lugares, puesto que puedo precisar de saber que en mi árbol genealógico, hay aragoneses, extremeños, castellanos, árabes del atlas y no se si algún judío, por si acaso lo dejo en el aire. Un amigo médico brasileño de origen ibérico, me decía tomando un copazo en México: “el español que no tenga en sus antecedentes un judío o un moro, ni es español, ni es nada”. No le discutí, porque pensándolo bien , casi mil quinientos años de unos y 800 de otros dan para mucha prole.
Como comprobaran puedo presentar credenciales suficientes que me avalan como un europeo viejo. Uno de ellos ya andaba dándole disgustos al turco, por el mil quinientos, y a otro le estallaba el polvorín de Melilla por el mil novecientos y algo.
Una vez demostrado que no soy dudoso, puedo volver al principio. En casos tan tremendamente dolorosos y vergonzosos, que ambas cosas son lo sucedido en Haití, es cuando se puede valorar, el quien es quien en el concierto mundial. Quien pinta y quien desdichado, solo presume entre los países de la naranjita.
Que lo eolíticos son mas mentirosos que un cuento de los hermanos Greene, ya es sabido, pero que intenten vendernos “ la burra” en una circunstancia tan dramática como la que esta atormentando a la mitad de la isla Española, ni es de recibo, ni se puede tolerar. Señores sean humildes, y por primera vez en la historia de la humanidad cíñanse a la verdad. Descubrirán que nadie les señala con el dedo, y que la cosas no trasciende, se queda tal cual es.
Todo el día de hoy vengo escuchanmdo la radio en la que las primeras espadas de éste ¿país?, dicen que los europeos se volcaran con el desastre de Haití. Que reunirán una fuerza de 150 gendarmes que enviaran para ayudar. No es una broma, se les llena la boca con la cifra, entre mas de doscientos millones de personas, solo encuentran 150 para mandar ¿a que. A guardar las cabras del aeropuerto de Puerto Príncipe?. En el supuesto que cuando vayan existan las cabras. Seguro que ya se las han comido. Si nuestros bomberos avezados y experimentado en catástrofes, tuvieron que dejarse a una niña a medio salvar, por falta de seguridad, aun contingente tan pomposamente cantado por las autoridades Comunitarias, se los pueden merendar en un desayuno.
Por favor sean ustedes serios. Anda que el comité de crisis es importantísimo. Mi paisana la Fernández de la Vega, el Presidente de la Republica Dominicana y el pobre chico del Presidente de lo que queda de Haití. El peso de los nombrados, evita el comentario. Si no fuera trágico diríamos que se han juntado para una paella.
El Patrón, a la chita callando se ha puesto a trabajar de verdad, para empezar un barco hospital completo, un portaviones y un puente aéreo, mas 10.000 marines.
Eso es serio, es el principio de querer resolver el asunto, no basta que médicos sin fronteras envíe gente y material, ni que lo mismo lo haga la Cruz Roja u otras Organizaciones internacionales, sin olvidar a las católicas, envidas por el Vaticano o por el cura de mi pueblo, lo que importa es el hecho y las gansa de cumplir con la caridad: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento y dar posada el peregrino.
Esos 10.000 soldaditos alabados sean, son los que pondrán paz y tendrán que terminar con el saqueo, el vandalismo, las bandas organizadas, los intentos de linchamiento y los muchos tiros. En Haití, han pasado de sacudirse la tierra y no dejar nada en pié a que aparezcan los mafiosos de siempre que en aquel país, existen desde la caída de la dictadura de Papa Doc.
Me duele Haití, como persona; pero más me duele al tener que reconocer que gracias a los niños del tío SAM, la cosas puede entrar en vías de solución y como europeísta estoy a punto de mostrarme fracasado y darle la razón a los euro escépticos.
No se como pero si puede ayude, en caritas, o como sus posibilidades se lo permitan. Bien está que una vez más, el Patrón asuma la responsabilidad, pera eso es el Patrón, pero habrá que echarle una manita. Hagamos algo para no dejar con las posaderas el aire a nuestras locuaces autoridades, a la vez que quedamos en paz con nosotros mismos.
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