Ya se lo que tienen en común Barak Obama y Rodríguez zapatero, que ambos están cuestionados ante la opinión pública de sus países y como consecuencia ante los ”pirañas” de la mundial.
Como ustedes comprenderán a los periodistas veteranos, no nos quita el sueño, el como, el cuando y el cuento, “el porque”, que son los hechos, esa es otra historia que no solo nos preocupa, sino que nos deja sin resuello, porque las consecuencias pueden ser pésimas para el concierto mundial, y para la solución de la “mierda de crisis”, para que voy a insistir.
Hace un par de tardes tuve la oportunidad de tomar un café con un importante empresario, al que escuche, por primera vez, una frase que me dejo pensativo.
-Verás (me dijo) como es el presidente de una sola legislatura.
Eso significa que el Hawaiano, será un inquilino breve de la Casa Blanca. Hasta ahora, lo normal es que permanezcan, en el despacho oval, un mínimo de ocho años, por otra parte un periodo de gobierno, del que si se pueden sacar consecuencias. Menos es imposible, mientras que aterrizan, le toman medida a la alfombra, se ponen al corriente de los temas y se percatan de la cantidad de HP, que les rodean, ya han consumido el tiempo del primer mandato. Un consejero de la familia Kennedy, me contaba en Denia, hace algunos años, en la piscina del Profesor Torrent, mientras tomábamos el aperitivo; entre aprender y firmar, se les van al cielo, los primeros 1.460 días. A partir de ahí, es cuando se puede ver si el Presidente, es bueno, malo o regular. Y continuaba: Los primeros cien días son para convencerse que se han ganado las elecciones. Desde ese instante se empieza a trabajar; y saber con que bueyes se labra, necesita de otro año más. Ponerse al día en la firma de asuntos “urgentes”, quitarse de encima a los moscones y aprovechados y por último tomarle el pulso a los problemas de la Nación, consume el tiempo restante. El afamado cardiólogo, que está en el cielo, sencillamente sonreía, mientras daba buena cuenta de un Whisky de malta, por aquello de que es un buen cardio dilatador.
Si regresamos al primer Presidente de color de Los Estados, nos encontramos con una persona, poco corriente, solo en eso. Y me parece que para poder continuar habrá que marcar las coordenadas que coinciden en él, y transforman a Obama, en el único producto posible de alcanzar la máxima responsabilidad de mando en el país más poderoso del mundo.
Barak Hussein Obama, es de color –para más exactitud, mulato- , hijo de profesores universitarios; madre blanca y padre negro. Es decir nacido en el seno de una familia “pudiente” americana, que no es lo mismo que cualquier otra en otros lugares del mundo conocido. Llegado a uno de los 52 Estado de la Unión, cunado digo llegado, me refiero a nacido. Criado por los blancos, como los blancos y con amigos desde la mas tierna infancia de ese color, con estudios en los mejores centros docentes y después ejerciendo la carrera en un bufete de los de máximo prestigio.
El joven Obama, lo ha tenido a huevos, para saltar a la fama ¿Pero de verdad, él vale para el “oficio” de Presidente de los Estados Unidos?. Esa es la duda que tiene mi conocido, que en política americana, dice estar muy bien informado.
La lucha por la nominación, fue aparentemente limpia y muy complicada, porque la senadora Clinton, fue un hueso duro de roer y con el conocimiento de causa que da, haber sido primera dama, dos legislaturas.
La pregunta que se hacen los empresarios y demás segmentos políticos, capaces de hacer saltar la situación actual, para bien, o para mal, es: ¿tendrá el Presidente la fuerza moral de “tirar pa lante”, por muy torcidas que se presenten. Podrá Obama, liderar a éste desastre de mundo, mas dividido que nunca y mas “a la greña”, que jamás antes se haya presentado. Se atreverá a tomar decisiones antipopulares y costosas, sabiendo que no cuenta con el respaldo suficiente en las cámaras de su propio país. Tiene la suficiente fuerza moral, para imponerse a congresistas y senadores. Podrá sujetar a los militares y que funcionen a gobierno legítimamente constituido. Será capaz de dar a cada cual lo suyo, en el reparto de la tarta de Haití, sin que aparezcan las sombras olvidadas. Por último, se lo sabrá explicar al pueblo y que éste lo entienda?.
Demasiadas preguntas en un momento de extrema gravedad. Y con dos varapalos seguidos por el lado de los contribuyentes, que son los que sustentan o mandan a casa al Presidente. Su cariácea, el grado de popularidad que es el barómetro con el que los norteamericanos miden el “gancho” del jefe, está bajísimo.
Según se vayan desarrollando los acontecimientos, sabremos si Obama es un buen político o un bluf, fabricado en los estudios, de Agencia del marketing político, y apoyándose con la oportunidad, jugando además con su color. Si fuera así, sería horrible, para su País y para el resto del mundo.
En éste último caso, que Dios, nos coja confesados.
Por desgracia es la única forma, para saber si es un político de altura, o un producto del marketing. Ante las peores condiciones, es cuando se ve la talla del Presidente.
Como ustedes comprenderán a los periodistas veteranos, no nos quita el sueño, el como, el cuando y el cuento, “el porque”, que son los hechos, esa es otra historia que no solo nos preocupa, sino que nos deja sin resuello, porque las consecuencias pueden ser pésimas para el concierto mundial, y para la solución de la “mierda de crisis”, para que voy a insistir.
Hace un par de tardes tuve la oportunidad de tomar un café con un importante empresario, al que escuche, por primera vez, una frase que me dejo pensativo.
-Verás (me dijo) como es el presidente de una sola legislatura.
Eso significa que el Hawaiano, será un inquilino breve de la Casa Blanca. Hasta ahora, lo normal es que permanezcan, en el despacho oval, un mínimo de ocho años, por otra parte un periodo de gobierno, del que si se pueden sacar consecuencias. Menos es imposible, mientras que aterrizan, le toman medida a la alfombra, se ponen al corriente de los temas y se percatan de la cantidad de HP, que les rodean, ya han consumido el tiempo del primer mandato. Un consejero de la familia Kennedy, me contaba en Denia, hace algunos años, en la piscina del Profesor Torrent, mientras tomábamos el aperitivo; entre aprender y firmar, se les van al cielo, los primeros 1.460 días. A partir de ahí, es cuando se puede ver si el Presidente, es bueno, malo o regular. Y continuaba: Los primeros cien días son para convencerse que se han ganado las elecciones. Desde ese instante se empieza a trabajar; y saber con que bueyes se labra, necesita de otro año más. Ponerse al día en la firma de asuntos “urgentes”, quitarse de encima a los moscones y aprovechados y por último tomarle el pulso a los problemas de la Nación, consume el tiempo restante. El afamado cardiólogo, que está en el cielo, sencillamente sonreía, mientras daba buena cuenta de un Whisky de malta, por aquello de que es un buen cardio dilatador.
Si regresamos al primer Presidente de color de Los Estados, nos encontramos con una persona, poco corriente, solo en eso. Y me parece que para poder continuar habrá que marcar las coordenadas que coinciden en él, y transforman a Obama, en el único producto posible de alcanzar la máxima responsabilidad de mando en el país más poderoso del mundo.
Barak Hussein Obama, es de color –para más exactitud, mulato- , hijo de profesores universitarios; madre blanca y padre negro. Es decir nacido en el seno de una familia “pudiente” americana, que no es lo mismo que cualquier otra en otros lugares del mundo conocido. Llegado a uno de los 52 Estado de la Unión, cunado digo llegado, me refiero a nacido. Criado por los blancos, como los blancos y con amigos desde la mas tierna infancia de ese color, con estudios en los mejores centros docentes y después ejerciendo la carrera en un bufete de los de máximo prestigio.
El joven Obama, lo ha tenido a huevos, para saltar a la fama ¿Pero de verdad, él vale para el “oficio” de Presidente de los Estados Unidos?. Esa es la duda que tiene mi conocido, que en política americana, dice estar muy bien informado.
La lucha por la nominación, fue aparentemente limpia y muy complicada, porque la senadora Clinton, fue un hueso duro de roer y con el conocimiento de causa que da, haber sido primera dama, dos legislaturas.
La pregunta que se hacen los empresarios y demás segmentos políticos, capaces de hacer saltar la situación actual, para bien, o para mal, es: ¿tendrá el Presidente la fuerza moral de “tirar pa lante”, por muy torcidas que se presenten. Podrá Obama, liderar a éste desastre de mundo, mas dividido que nunca y mas “a la greña”, que jamás antes se haya presentado. Se atreverá a tomar decisiones antipopulares y costosas, sabiendo que no cuenta con el respaldo suficiente en las cámaras de su propio país. Tiene la suficiente fuerza moral, para imponerse a congresistas y senadores. Podrá sujetar a los militares y que funcionen a gobierno legítimamente constituido. Será capaz de dar a cada cual lo suyo, en el reparto de la tarta de Haití, sin que aparezcan las sombras olvidadas. Por último, se lo sabrá explicar al pueblo y que éste lo entienda?.
Demasiadas preguntas en un momento de extrema gravedad. Y con dos varapalos seguidos por el lado de los contribuyentes, que son los que sustentan o mandan a casa al Presidente. Su cariácea, el grado de popularidad que es el barómetro con el que los norteamericanos miden el “gancho” del jefe, está bajísimo.
Según se vayan desarrollando los acontecimientos, sabremos si Obama es un buen político o un bluf, fabricado en los estudios, de Agencia del marketing político, y apoyándose con la oportunidad, jugando además con su color. Si fuera así, sería horrible, para su País y para el resto del mundo.
En éste último caso, que Dios, nos coja confesados.
Por desgracia es la única forma, para saber si es un político de altura, o un producto del marketing. Ante las peores condiciones, es cuando se ve la talla del Presidente.
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