VILLACAÑAS, EL TERCER SEPULTURERO

Unos, los modernos lo llaman “Almacén”. Los antiguos somas más gráficos y le llamamos “Cementerio”, como se decía toda la vida de Dios.
Almacén o Cementerio, que mas da; es ese sitio en el que meten la basura radioactiva y que por desgracia es necesario, porque ¿Dónde diantre, la van a meter si no?. Igual que existe desde el principio de los tiempos el culto a los muertos, tan necesario es dar solución al enterramiento de los residuos atómicos. No se pueden ir paseando por ahí de un lugar a otro contaminando, todo lo que pasan, ¡es lo que le faltaba a la birria de corteza terrestre que estamos dejando!.
A un lado el debate sobre si energía atómica, si; o definitivamente la erradicamos, no se cual de las dos soluciones es la peor para la humanidad.
De momento y aunque no se nombre, uno tiene buena memoria y recuerda que los primeros Cementerios han sido los fondos de los océanos, a los que en bidones metálicos, se echaron los primeros residuos. Gracias a Dios, se dieron cuenta de la barbaridad y dejaron de utilizar las fosas marinas como cloacas atómicas. Pero se presento el problema de donde meterlos.
Poco a poco los científicos fueron avanzando con sus estudios y presentaron otras alternativas más novedosas. Los distintos países necesitados de una respuesta a tan grave tarea, se decidieron por los Cementerios Nucleares permanentes. Se sabía como construirlos y también como manejarlos, se dieron las distancias mínimas de protección del entorno, la profundidad que tendrían para que no fueran nocivos para la salud de los habitantes de la zona. Recuerden que en algunos lugares, aprovecharon minas abandonadas, a las que acondicionaron para ello.
Pero llego, el miedo, y ese es libre y cada uno toma la parte que quiere. Se iniciaba el rechazo a esas instalaciones. Como ha sucedido en el país de las Autonosuyas, ha habido enfrentamientos entre el Gobierno Central y los Gobiernos Comunitarios y entre los dos y los Municipios. Para colmo con dirigentes del mismo color enfrentados; casos de Castilla la Mancha y Cataluña, con el Gobierno de Madrid. Pero lo más chistoso es que uno de esos Presidentes, ahora totalmente en contra, era el mayor defensor de los mismos, cuando era Ministro de Industria, en tiempos tan lejanos como la anterior legislatura.
Mientras unos y otros se echan los trastos a la cabeza, partidarios y detractores, aparece un nuevo candidato. Un pueblito de Castilla la Mancha, de 470 habitantes y cuyo alcalde en representación de los vecinos, en Pleno Municipal, han decidido ofrecer su término municipal, para la instalación, del ahora denominado Almacén de residuos nucleares de baja intensidad. Lo que ha dejado con la boca abierta a más de un paisano, del pueblo, de la Comunidad y del País.
Dicho funcionario público es del PP, y la Señora Cospedal, candidata “a la mano de Dª Leonor” (Presidencia de la Autonomía), que mostró su enfado y se coloco en contra, en el caso de una de las poblaciones anteriores, se tiene que tragar la “purga” y salirse por la tangente con Villa Cañas, que de la noche a la mañana se ha ofrecido de sepulturero.
Por lo menos tenemos de que hablar en los papeles, unos cuantos días.