Periodistas y blogueros

LAURA BRIZUELA
El jueves, Hillary Clinton, la secretaria de Estado de la Administración de Barack Obama, también conocida por estar en el top five de las más cornudas, dio un discurso desde Washington D.C que fue seguido online por todo el mundo.Habló sobre la “Libertad en Internet”. La palestra se basó en principios morales y nublosos objetivos cargados de voluntades. Faltaron datos duros, anuncios concretos, conocimiento real de la problemática y se vio teñida por intereses comerciales. Convengamos que la señora es política y quedó en evidencia su poco manejo del tema, algo que le valió de duras críticas por parte de los sectores que esperaban el anuncio de programas o inversiones reales.Sin embargo varias de las frases que dijo, me quedaron titilando en la cabeza. “La libertad ya no está sólo definida por las barreras de las ciudades y países. Ahora se redefine por el espacio que dan los blogs, las redes sociales, las páginas y todo lo vinculante a Internet”, dijo al principio, lo que marcaría el camino de la charla.De ser así, la responsabilidad que tenemos aquellos que no podemos dejar de escribir, parece tener más peso. A veces creo que uno pierde dimensión de hasta donde pueden llegar algunas letras. En espacio y tiempo. Porque esto queda. Y si bien ahora lo escribo, tomando un café y escuchando el sonido de la ciudad callada y dormida, no sabemos a donde y a quién le llegará.“Hagamos de estas nuevas tecnologías, el verdadero progreso: la libertad. Hagámoslo para todos, para la gente joven que merece oportunidades, que tengan las oportunidades que merecen”, dijo Hillary y pienso en el progreso.Irán, China, Cuba y hasta Venezuela parecen ser el contraejemplo pero no debemos quedarnos con los extremos. En España, un juez condenó a dos periodistas a que dejaran de serlo (¿?). Les dio un año y nueve meses de prisión y la prohibición de ejercer, por haber publicado una lista de personas afiliadas fraudulentamente al Partido Popular español (PP) como sustento a la denuncia que hacían por presuntas maniobras de corrupción. El juez - Ricardo Rodríguez Fernández – los condena porque para él, tales denuncias sólo podrían haber sido hechas en los medios tradicionales de comunicación: radio, TV y papel. Una vez más, Internet es acusada de no ser potable para comunicar.“El verdadero progreso es la libertad”, me suena otra vez en la cabeza.En Argentina -como en España- se vive un escenario similar al de Brasil, Chile, Perú y México. Podemos escribir todas las guasadas que se nos vengan en mente. El único requisito es cuidarnos de los grupos económicos y de los jueces como Rodríguez Fernández.Verán entonces, que para el verdadero progreso, todavía nos falta mucho. A todos.
Publicado por Laura Brizuela en 10:40 ENRESIDUOS PERIODISTICOS