Si alguno tuvo la curiosidad de presenciar el relevo de poder en la Presidencia de la Comunidad Europea, coincidirá con el titular, no había nada más que mirar para darse cuenta que salvo Su Majestad el Rey, que reía, los demás mandatarios estaban todos con caras de circunstancias.
No se me olvidaba, lo estaba dejando para el final por protocolo, y el anfitrión también sonreía, pero que ZP, ría o sonría, no es noticia, si es lo contrario.
Las caras dicen que son el espejo del alma, es la frase hecha; pero lo que denuncian es el estado anímico de sus portadores.
En el Teatro Real, todos vestidos de bonito, acompañados por sus esposas y con caras de : ”estoy aquí, porque no tengo mas cojones”.
Otra cosa que se hacía notar, era la de la soledad de algunos de los personajes. El recientemente nombrado Presidente permanente de la cosa, paseaba por los pasillos del histórico teatro, como alma en pena, solamente acompañado de su parienta y de la azafata de turno. Eso lleva a los Euro escépticos, a darse un codazo de complicidad algo así, como: “¿que, te decía yo?. Habrá que ocuparse del asunto con calma un día de éstos.
Lo único agradable de ese día que pretenden sea señalado, el recital de danza de la Pages y la Rojo, verdaderamente impresionantes, la colaboración del Coro Nacional de España y la Banda Militar del Batallón de la Casa Real.
Estos cristianos importantes, aburren hasta las cabras.
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